En homenaje a mi vecino y amigo que hoy cumple años. Una historia marcada por la lucha y la superación
¡MUCHAS FELICIDADES
LUIS!
Julián Caicoya
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Luis Gardey y Odalis Torres / blog Quintes Mirador de Cantábrico |
UNA VOZ PERFECTA (Biografía editada por La Fonoteca)Una de las mejores voces masculinas de los 60 vino al
mundo en la pequeña población asturiana de Quintes, en el concejo de
Villaviciosa en 1937. Luis García Moris pronto destacó por su voz potente y muy
bien modulada. En su tierra tomó algunas clases de canto y debutó con dieciséis
años en Radio Gijón. Aquel trampolín le sirvió para comenzar a cantar en
orquestinas verbeneras de la época, siendo prácticamente un niño. Su base de
operaciones era la ciudad gijonesa, paseando su estilo por el Club de Regatas,
el Somo Park, etc.
En 1958 se traslada a Madrid para estudiar Medicina,
pero en 1960 queda huérfano y decide abandonar los estudios y dedicarse por
completo a la música. Durante cerca de dos años actúa como vocalista en
orquestinas de cabaret para ir subsistiendo. Al tiempo, se deja caer por Radio
Madrid, donde aupado por su locutor estrella, José Luis Pecker, trabaja como
cantante durante varios meses. Ahí lo va a conocer Maryní Callejo a principios
de 1962. La luego famosa productora se ha quedado sin cantante para su primer
grupo importante, Los Brujos, en vísperas de sus primeras grabaciones
discográficas. Luis sustituye en el puesto nada menos que a Carlos García, que
enseguida hará carrera como Tito Mora.
Con Los Brujos graba cinco EP y participa en Benidorm.
Pronto la voz de Luis sobresaldrá sobre el resto de los componentes. En 1963
decide lanzarse ya sin vuelta atrás a una carrera en solitario y rebautizarse
como Luis Gardey. Su primer disco, como tantos en su época, trae un poco de
todo: un éxito italiano de Modugno, un tema cinematográfico y la canción
triunfadora de Eurovisión. “Esta Noche Pago Yo / Balada del Amanecer / Poco
Tiempo / Desierto” (Zafiro, 1963) inicia una meteórica carrera de cantante de
covers, en su mayoría, franceses e italianos.
Inicia una frenética carrera discográfica que le
llevará a publicar hasta once discos durante el año 1964, aunque alguno
contiene temas repetidos. Canciones como “Es una cosa grande”, “Oh, mi Señor”,
“Que me importa el mundo” o “Déjala, déjala” lo convierten en el ídolo melódico
de la juventud española por encima de los emergentes Raphael o Mike Ríos. Sus
discos aparecen invariablemente en las listas de popularidad de la época. Y va
a llegar entonces la versión española de “Ma vie”de Alain Barriere. El EP “Ma
Vie” (Zafiro, 1964) compite con el original y recibe el Disco de Oro de TVE, un
galardón que entonces se concedía con cuentagotas y con criterios más bien
dudosos. Pero lo cierto es que vendió un montón y acabó de cimentar la fama del
asturiano.
Se prodigó poco en festivales y en una de sus pocas
participaciones se alzó con el triunfo en el Hispano-Portugués de Aranda de
Duero en 1965 con “Tú para siempre”, compuesta por Augusto Algueró. Fue
preseleccionado el año anterior para Eurovisión con el tema “Torero”, que
finalmente no fue el elegido.
Revalidará el triunfo a 45 revoluciones con “Yo que no
Vivo sin ti / Siempre Hay Algo que me Recuerda a Ti / Un Beso más / Cada
Instante” (Zafiro, 1965) y “Tú para Siempre / Se LlamaMaría / Recordarás
Nuestro Amor / Sé que Vendrás” (Zafiro, 1965) en el año que alcanzaría su cima.
A partir de 1966 su aire acartonado, sus jerseys y sus
trajes empezaron a no casar con los gustos juveniles, aunque siguió siendo un
aceptable vendedor de discos. Su último EP para Zafiro será “Cuando Digo que te
Amo / La Inmensidad / No Pienses en mí / Corazón Loco” (1967). Ni este ni los
singles posteriores tuvieron la repercusión de antaño y su discográfica de
siempre le dio puerta.
Fichará rápidamente por otro sello, debutando con una
de sus canciones más recordadas y vendidas: “Una Testa Dura / Rendez-Vous”
(Vergara, 1968). Pero va a ser flor de un día, pues sus siguientes discos
pasarán sin pena ni gloria. Recalará entonces en Philips, donde estará
producido por Juan Pardo. Con este sello grabará el LP “Somos Tú y Yo”
(Philips, 1971). Participa en el programa de TVE Canción 71, donde obtiene el
segundo puesto y emprende una gira por América, donde su LP es mejor acogido
que aquí.
En 1973, Luis Gardey optará por retirarse con una
actuación en La Gran Ocasión y abrir un exclusivo pub en Madrid. Pero él sabe
que sigue teniendo la impresionante voz de siempre y, además, en los últimos
tiempos está adentrándose en su poco explotada faceta de compositor. Así que
decide regresar como un cantante maduro para un público de cierta edad con un
nuevo long play que alterna temas sudamericanos de toda la vida y canciones
propias: “Nosotros” (Philips, 1977). Buena parte de culpa en ese regreso la tiene
su paisano y amigo Danny Daniel, que le convence para volver a meterse en
estudios, carreteras y actuaciones.
En España pocos se dan por enterados, pero en Cuba y
Mexico el LP es bien recibido y propicia una continuación que arrasará. Se
trata de «Devaneos» (Alhambra, 1981). En ese disco se incluye ese tema,
“Devaneos”, que va a ser grabado por Julio Iglesias, cambiándole el título por
“O me quieres o me dejas”. Aquí va a nacer una colaboración hispanoamericana
entre dos cantantes españoles. Julio grabará varias canciones de Luis, entre
las que destaca “Ni te tengo, ni te olvido”. En España se editará con bastante retraso.
Luis se convierte ya en los 80 definitivamente en un
hombre de negocios en el sector de la hostelería con establecimientos en Cuba y
Panamá. Junto a Jaime Morey y Tito Mora, fue considerado un cantante de voz
perfecta y pulida técnica interpretativa. Más tarde llegaría el fenómeno Nino
Bravo y ocuparía el trono de las grandes voces españolas.
Repartirá su vida entre las dos orillas atlánticas
hasta retirarse definitivamente en su tierra asturiana. Ha sido honrado con
numerosos premios y galardones en su patria chica.
En estos últimos años los buenos aficionados aún quedan
pasmados por una de las voces más elegantes de la historia de la música
española.