Crónica del inolvidable reportero de les mariñes de Villaviciosa Luis Caso (EL COMERCIO 2004) sobre las Jornadas, suspendías este año por primera vez desde 1987.
Luis Caso – EL COMERCIO viernes 14 de mayo de 2004
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Luis Caso |
Todo este fin de semana, la llámpara, será el plato estrella en los principales restaurantes de Quintes y Quintueles dentro de las jornadas que en torno a este molusco se vienen celebrando con gran éxito desde el pasado día 7
Aunque hay que decir que en la primera semana de las jornadas gastronómicas de la llámpara, no acompañó el bien tiempo que anima al foráneo a desplazarse de su lugar de residencia, hubo momentos, sábado mediodía y noche y el domingo, en que los restaurantes se encontraban saturados de clientes, atraídos por las jornadas y para conocer nuevos horizontes, gentes y cocinados. Tras la apoteósica fiesta de presentación de las jornadas el pasado fin de semana en el restaurante Managua, con asistencia de autoridades regionales y municipales y la concesión e imposición de la Llámpara de Oro al escultor Rubio Camín, galardón que patrocina la Caja Rural de Gijón desde la creación de este premio, las jornadas de la llámpara de Quintes y Quintueles ganaron popularidad. El evento fue emitido en directo por Radio Onda Peñes, que sumado al prestigio alcanzado en ediciones anteriores por los obradores locales, hacen que este festival, netamente mariñán, se consolide y sea uno de los más veteranos de Asturias, como certamen gastronómico.
Cinco Restaurantes
Este festival gastronómico dedicado a este modesto, pero sabroso molusco, que casa con cualquier clase de legumbres, indica que la llámpara ya dejó de ser la “hermana pobre de los mariscos”. Una iniciativa de la Sociedad Clarín, en su afán de promocionar con este y otros alicientes culturales ya con vitola de internacionales, estas localidades, llenas de otros atractivos turísticos y de los que salen directamente beneficiados el gremio de hostelería, siendo de lamentar que sean unos pocos los que colaboren en algo de lo que se benefician todos.
En Quintes, restaurante Castañón, en la carretera que lleva a playa España, de la mano de Magdalena, en la cocina y Rubén en el comedor, han logrado crearse una clientela, gracias a sus guisos, que ofrece diariamente con menús especiales los fines de semana. Sin problema de aparcamiento.
A la altura de la iglesia parroquial, sidrería-restaurante Casa Kilo, se ha consolidado como una de las mejores de la zona, con gran variedad de carnes, pescados de roca y mariscos, y aunque son Abel y Rodri, padre e hijo, los que dan la cara al público, la categoría gastronómica se la ha ganado Tere con sus cocinados y los postres caseros que elabora su nuera Pili, que se pueden saborear con el buen tiempo, en la terraza que da al sur con una bonita vista de la más pura naturaleza.
Ya en Quintueles, una casa de gran solera, Venta de la Esperanza, que en cuanto a clientela, atraviesa el mejor momento de su historia, bajo la batuta de Maribel en los fogones y con su marido Isidro, que se esmera en su atención al cliente, más si hija Noelia siempre dispuesta a “echarles una mano”. Cuenta además con terraza, merendero y aparcamiento propio.
Restaurantes Los Pisones, que se ha ganado a pulso su prestigio, con el toque personal que Leni da a sus cocinados, como “fabes a Los Pisones”, Ñocla a la Plancha y otras especialidades de la cocina asturiana, lo que le hace tener una clientela fiel y abundante. Este saber de Leni, lo está traspasando a su hija Beatriz y su nuera Noelia. Mientras Luis padre e hijo atienden los comedores, con una “manita” de sus nietos Saúl y Adolfo. Es el único que presenta un menú para estas jornadas con platos elaborados con llámpares.
Otra casa que no necesita gran publicidad, es el restaurante Koty con su cocina tradicional, sus abundantes raciones, amén de pescados variados, así como carnes, en las que se lleva la palma, el cachopo y los chuletones. Como en los anteriores establecimientos es un negocio familiar, en el que llevan el peso del mismo Koty, su hijo Jorge y su hermana Marlén. Como sus colegas, el precio de la ración de llámpares, es de 7 Euros. Para Aquellos que deseen redondear un fin de semana completo, el hotel Villa de San Remo, en Quintueles, apenas a un kilómetro de la salida de la autovía a la N-632, tomando la carretera que lleva a la playa de la Ñora, dispone de 18 habitaciones con todos los servicios, desayuno incluido, en un ambiente natural y sosegado.
Finalizamos con un recuerdo para Nicasia Menéndez de Quintueles (q.e.p.d), que elevó la llámpara a categoría de mesa y mantel, y para Carmen Tuero (Mina) de Quintes , una “peladora de llámpares” que surtía la demanda de la primera, allá por los inicios de los años cincuenta. Ambas han sido, posiblemente, las que pusieron la base para la celebración de estas jornadas.