Ayer se ha celebrado el acto más
importante de las fiestas de Granderroble con una jornada marcada por la
solemnidad y el arraigo de sus tradiciones.
A las 12:30 horas tuvo lugar una
misa solemne muy concurrida que congregó a numerosos vecinos y devotos. Este
año fue presidida por José Eduardo Zulaiba de la iglesia de Fátima, acompañado
por el párroco Maximino Canal y tres sacerdotes. La celebración contó con la colaboración
del coro San Clemente de Quintueles y el
Grupu Folcloricu Les Xanines de Quintes.
En una de las reflexiones de la
homilía, José Eduardo mencionó la
aparición de la Virgen de las Nieves en una nevada en el mes de agosto y
recordó los fuegos destructivos de nuestras vidas; guerras, hambruna, ambición
de poder y dinero, y finalizó pidiendo “lo bien que vendría aquella nevada para
extinguir esos fuegos que nos destruyen, pidamos a la Virgen que seamos auténticos y
que nos ayude a ser mejores personas.”
Al finalizar la eucaristía, la
imagen de la Virgen de las Nieves hizo su recorrido tradicional en procesión,
acompañada por los fieles y el sonido de voladores y la campana de la ermita,
que imprimió el carácter tradicional a este momento de devoción popular.
La celebración volvió a reunir a decenas de devotos en torno a la Virgen, conservando el espíritu festivo y religioso
que caracteriza este día tan especial para Granderroble.
La fiesta de las Nieves en Granderroble es una de las celebraciones más antiguas y populares de la mariña maliaya. Este año solo se celebraron los actos religiosos en la capilla, seguido de sesión vermut en la carpa instalada al efecto, donde bailaron Les Xanines acompañadas por tambor y gaita. y finalizó con una jira campestre en el prau donde se ubica la ermita.