El bar Casa Kilo acaba de corchar 100 botellas con uva de la parra que cubre la terraza
|
Clic, ampliar etiqueta |
Hacía tiempo que Abel, de casa Kilo, le rondaba la idea de fabricar un poco de vino casero. Sin duda, un proceso entretenido pero que requiere de mucho tiempo libre.
Vista la abundante cosecha y calidad de uva del pasado año, se decide a probar con una reducida producción para consumo personal.
Bajo la etiqueta “marqués de CASA KILO (Rosado 2012)”, lanza una producción limitada de 100 botellas con una variedad de uva: parra 100%, crianza: en los mejores ambientes y embotellado por: Bodegas Sánchez del Fonduxu de Arroes Villaviciosa.
El resultado ha sido un buen vino natural, que quizás necesita ajustar su punto de acidez. Demuestra que de la uva Mariñana se puede conseguir un buen vino.
Este año, de la parra cuelgan racimos que auguran otra buena cosecha. Probablemente Abel y Bodegas Sánchez vuelvan a repetir la experiencia.
QUINTES Mirador del Cantábrico
COMO HACER UN BUEN VINO CASERO
El primer paso para la elaboración de nuestro vino casero es hacernos con una buena cantidad de uva, cuya variedad dependerá del tipo de vino que queramos fabricar.
Sin quitar la piel, procederemos a aplastar la uva. Esta tarea la podemos realizar pisándola, como se hacía antiguamente, o mediante la utilización de una presa que las aplaste y saque todo su jugo.
Una vez que hayamos obtenido el mosto (el jugo de la uva extraído), tendremos que proceder a la fermentación sin retirar los restos de la trituración, e introduciendo el mosto en un recipiente metálico. El cálculo aproximado de fermentación son dos días por cada cien litros de mosto. En caso del vino blanco, la temperatura durante la fermentación no debe superar los 20 grados y en el tinto los 30.
Una vez que haya pasado el tiempo de fermentación del mosto, procederemos a filtrar. En primer lugar utilizar un filtro ancho, de forma que no filtre todas las impurezas, sino sólo los hollejos y pulpa más grandes, para a continuación utilizar un filtro mas fino sin que apenas pasen impurezas.
En tercer lugar, lo ideal es utilizar un filtro de tela que nos permite obtener una gran pureza de filtrado.
A continuación tendremos que dejar que el vino se vaya macerando introduciéndole durante unos treinta días en una barrica de roble, situada en un lugar fresco, sin variaciones de temperatura y cerrándola, durante un plazo de unos treinta días como mínimo.
Pasado el período de maceración del vino, procederemos de nuevo a filtrar el líquido como hicimos anteriormente, de forma que quede lo más limpio posible, eliminando los nuevos sólidos que hayan aparecido, y pasándolo de un a barrica a otra.
Una vez realizado el trasiego, procederemos a envasar el vino, de ser posible, en botellas de vidrio tapadas con un corcho natural. Una vez envasado debemos esperar al menos treinta días antes de consumirlo.
Y llega el momento mas agradable, hay que descorchar la botella y probarla, recomendable esperar unos minutos para que el vino se oxigene.
Es normal que los primeros vinos artesanales no salgan como esperamos, deberemos seguir insistiendo con el proceso en distintos formatos, tiempo y cantidad, hasta conseguir el punto ideal para el tipo de uva que manejamos.
Vista general de la parra
Vistas de la parra desde abajo
Botella de vino en el comedor