11 septiembre 2022

Purificación Fernández Corral (Puri la del bar el Mariñán de Quintueles)

A pesar de aquel tiempo complicado que le tocó vivir, Puri siempre supo sobreponerse a las dificultades con dedicación y sacrificio en cada uno de los múltiples trabajos que ejerció a lo largo de su vida laboral

Purificación nació en Espinaredo el 29 de mayo de 1929 en el seno de una familia humilde. Sus padres Silverio y Paz eran labradores y ella la mayor de siete hermanos. A muy temprana edad empieza a ayudar a sus padres cuidando el ganado, en aquel momento la familia era vista como una comunidad en la que todos debían aportar su trabajo desde muy jovenes.

A los 16 Años se traslada a Gijón y se dedica a cuidar niños de varias familias, y posteriormente entra de dependienta en una tienda de comestibles. A los 25 años se casa con Manuel Amor, de profesión  fotógrafo, y un año más tarde tiene a Ángeles, su primera hija. Lejos de quedarse en casa, Purificación decide nuevamente ayudar a la economía familiar y empieza a asistir por varios domicilios y a repartir las fotos del negocio de su marido.

Eran años difíciles  y en 1960 deciden emigrar a Bruselas, donde nacerían dos hijos más; Renée y Carmen. Allí emprende su propio negocio de hostelería y abre el bar restaurante “Gijón-Costa Verde”. Un trabajo nuevo y desconocido para ella donde empieza a demostrar sus dotes culinarias haciendo famosas sus recetas de comida asturiana, entre ellas la merluza a la cazuela que alcanzó un gran éxito entre los bruselenses.

En el año 1968 Purificación y Manuel deciden volver a España, instalan su residencia en Quintueles y construyen una granja porcina, aunque Puri vuelve a trabajar en hostelería como empleada, y mientras tanto nace su cuarto hijo Carlos.

Después de unos años dedicados a la familia decide meterse de lleno en el negocio de restauración y en 1984 se hace cargo del bar El Mariñán de Quintueles, donde gracias a su sacrificio y al mucho trabajo y dedicación se fue forjando una gran clientela, que más que clientela era como una gran familia. Por el  verano eran muchos los antiguos clientes y amigos de Bruselas que venían a hacerle una visita y a degustar su comida. Finamente, tras 20 años regentando El Mariñán, en 2004 deja el negocio y se jubila a la edad de 75 años.

Hoy, a sus 93 años, Puri sigue súper activa y a la cabeza de su matriarcado. Una mujer muy luchadora y siempre dispuesta a participar y ayudar a sus hijos en cualquier evento sin escatimar esfuerzos

Purificación celebrando los 90 años
Antiguo bar-restaurante El Mariñán