Esta carretera llevaba cortada desde el pasado 8 de noviembre a consecuencia de un corrimiento de tierras entre la carretera de Quintes y la de Castiellu
El desprendimiento se produjo en la curvona de la carretera de Quintes, arrastrando unos 400 metros cúbicos de piedra, barro y arboles sobre el acceso a la playa desde Castiellu, que acabaron de ser retirados ayer a mediodía.
Otro problema más gordo está en la curvona de Quintes, donde el argayu dejó solo una capa falsa de asfalto en la carretera que podría ceder en cualquier momento. La intención del Ayuntamiento es construir una escollera y reforzar la calzada lo antes posible para abrir también esta carretera al tráfico.