Sebastián y Xurde, dos generaciones en el campanario, nos recordaron ayer con este vídeo un oficio en extinción
El papel del campanero y el toque de campana manual llevan ya varios años olvidado. Durante siglos, las campanas funcionaron como servicio de mensajería instantánea: anunciaban fiesta, duelo, misa, tormenta... Ahora una iniciativa promovida desde España aspira a que el toque manual sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Entre los toques tradicionales estaba el de VISPERAS, un toque para llamar a los oficios el día anterior de las Fiestas Mayores de la parroquia.
El éxodo de la España rural, la mecanización masiva desde mediados del siglo pasado y la falta de sensibilización hacia un sistema de comunicación, en muchos casos autóctono, han provocado que el toque manual de campanas sufra un «abandono total» y se encuentre «en peligro de extinción».
Por eso el lamento de los últimos campaneros es "El día que yo deje de tocar, esto se acabó"
QUINTES Mirador del Cantábrico
![]() |
Xurde Menéndez, Abel Buznego y Sebastián Pidal
|