Estos cítricos, presentes en numerosas fincas de la parroquia como árboles ornamentales para el jardín, están produciendo este año una cosecha excepcional.
El naranjo es un árbol muy longevo, empieza a producir enseguida y no requiere de muchos tratamientos para estar sano, su fruto, la naranja, está muy pegado a la rama y aguanta la fuerza del viento mejor que la manzana. Debido a estas condiciones del cítrico, se está estudiando actualmente la posibilidad de un cultivo rentable en algunas zonas de Asturias.
Para su plantación solo hacen falta fincas protegidas del norte, orientadas al sol y un clima poco castigado por las heladas y el granizo. Unas condiciones que se cumplen en muchas de las zonas próximas a la costa asturiana.
El riosellano, José Manuel Rosete, planteaba no hace mucho en una entrevista a la NUEVA ESPAÑA lo interesante de fomentar el cultivo de naranjas, antaño exportadas a través del puesto local. Seria, dice, un complemento económico a otras actividades agrícolas.
QUINTES Mirador del Cantábrico
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