
11.05.10 - 03:11 -
L. CASO QUINTES.
Tras la experiencia del pasado año con la celebración de una pequeña feria de abril, por iniciativa de Priscila Gao, de la parrilla Pepe Caso, Quintes repitió experiencia y respiró aires flamencos durante este pasado fin de semana.
La fiesta comenzó el viernes, con el encendido de farolas y una llamativa iluminación en la caseta instalada en la terraza de la citada parrilla. El sábado, el protagonismo fue para las coplas sevillanas y la actuación en directo de la cantaora Maite.
El domingo, la explanada de la iglesia apareció de mañana con un rosario de colores de grandes y mayores luciendo los trajes típicos andaluces, a pie o a caballo, incluso algunos en carrozas. El Rocío había tomado. A las 11 horas, se celebró la misa rociera, con cantos y bailes dentro del templo, que se extendieron al final tras la bendición del párroco, Abelardo García, a romeros y caballos.
El jolgorio se multiplicó a la tarde, en el tablao de la caseta de la parrilla, donde continuamente sonaban las sevillanas, poniendo la nota sobresaliente el grupo flamenco EL Alba. Mientras los asistentes, saboreaban un buen fino, tapas y rebujitos, aunque el ambiente era netamente andaluz, la sidra también impuso su ley entre las mesas.
La celebración se alargó hasta entrada la noche, en la que la música animó a llenar el tablao de espontáneo con escaso conocimiento de los ritmos flamencos, pero, eso sí, con ganas de divertirse a lo grande. En definitiva, una celebración que dejó buen sabor en Quintes y que, a buen seguro, repetirá el próximo año.
L. CASO QUINTES.
Tras la experiencia del pasado año con la celebración de una pequeña feria de abril, por iniciativa de Priscila Gao, de la parrilla Pepe Caso, Quintes repitió experiencia y respiró aires flamencos durante este pasado fin de semana.
La fiesta comenzó el viernes, con el encendido de farolas y una llamativa iluminación en la caseta instalada en la terraza de la citada parrilla. El sábado, el protagonismo fue para las coplas sevillanas y la actuación en directo de la cantaora Maite.
El domingo, la explanada de la iglesia apareció de mañana con un rosario de colores de grandes y mayores luciendo los trajes típicos andaluces, a pie o a caballo, incluso algunos en carrozas. El Rocío había tomado. A las 11 horas, se celebró la misa rociera, con cantos y bailes dentro del templo, que se extendieron al final tras la bendición del párroco, Abelardo García, a romeros y caballos.
El jolgorio se multiplicó a la tarde, en el tablao de la caseta de la parrilla, donde continuamente sonaban las sevillanas, poniendo la nota sobresaliente el grupo flamenco EL Alba. Mientras los asistentes, saboreaban un buen fino, tapas y rebujitos, aunque el ambiente era netamente andaluz, la sidra también impuso su ley entre las mesas.
La celebración se alargó hasta entrada la noche, en la que la música animó a llenar el tablao de espontáneo con escaso conocimiento de los ritmos flamencos, pero, eso sí, con ganas de divertirse a lo grande. En definitiva, una celebración que dejó buen sabor en Quintes y que, a buen seguro, repetirá el próximo año.