El prau de la familia Varas, hoy urbanizado, fue durante más de 10 años un lugar privilegiado para la celebración de las romerías en Quintes
Las primeras referencias que tenemos es el programa de 1958, en el que podemos apreciar que ya se buscaba la calidad de las fiestas durante 4 días y se anunciaban como las más importantes del concejo. Así el día 25 a las 11 de la noche arrancaban las celebraciones con una verbena amenizada por la instalación microfónica de Radio Unión. El 26, día grande, se lanzaron fuegos artificiales y actuaron las orquestas Boys y Siboney, titulares del famoso baile Jay Alay ubicado en el barrio de la Guia de Gijón. Al día siguiente de nuevo romería seguida de verbena con la orquesta Boys y la instalación microfónica de Radio Unión y el 28 fiestín con un partido de fútbol de casadas contra solteras, además de un concurso de chotis, mazurcas y polcas. Durante las fiestas también se celebraba un interesante concurso de bolos y se ofrecía como servicio público un garaje para motoristas y ciclistas.
A partir de este año y hasta 1965 las fiestas fueron a más. En 1966 la organización decide suspenderlas cuatro días antes y para evitar quedar sin fiesta, Roberto Álvarez, José Ramón Morís, Abel Buznego y Julián Caicoya, con mucha prisa y pocos medios, se hacen cargo de la organización. Eran otros tiempos y otras formas, primero había que bajar al monte a por madera para montar la barraca y después ir a alquilar los vasos y la descorchadora de sidra a Alpequin, local ubicado en la calle Magnus Blikstad de Gijón. Con la contratación de gramolas y una pequeña orquesta casi finalizaron aquel año los preparativos de aquella improvisada fiesta. Afortunadamente, no faltó la colaboración de amigos y vecinos que echaron una mano en la barraca. Tampoco falló la suerte, ya que a la hora del recuento sobró dinero para unas sidras y un bocadillo de anchoas en el chigre de Pepe Caso.
Al siguiente año la fiesta se celebró en el mismo lugar pero ya con la Orquesta X de Infiesto, que en aquel momento era una de las más renombradas de Asturias y que contaba con dos grandes de la época, el vocalista Pelayo y el mítico trompetista Canano. Su contratación costó 5.000 pesetas de las de entonces y había que sacar dinero, para lo cual se organizó al lado de casa Kilo un partido femenino entre dos selecciones de casadas y solteras radiado por José Ramón Morís y que al pasar la gorra dio a la organización un beneficio de 2.000 pesetas.
En 1968, con la urbanización del prau de Varas en marcha, se traslada la fiesta frente a la casa de Corso Raimundo con una comisión formada por más personas y que da paso a una nueva era de estabilidad y popularidad a las fiestas de Santa Ana.
QUINTES Mirador del Cantábrico
Programa de las fiestas de 1958
Equipo de Solteras 1967
Equipo de casadas 1967
Equipos femeninos en el prau de Varas, año 1966
Abel Buznego y Roberto Ceñal, organizadores de las fiestas , escancian sidra bajo la barraca.
Fotos cedidas por Tere Rendueles
Alfonso, Angelita, Esteban y Encarnación a la entrada del prau de Varas
Foto cedida por Pedro Solar