El árbol destaca por su gran porte piramidal y sirve de indicador de la antojana de Corsino Nava desde hace casi medio siglo.
El acebo o carrascu se caracteriza por un crecimiento lento, llegando en algunos casos a alcanzar los diez metros de altura. Tiene forma piramidal y tronco recto, liso y de color gris verdoso. Sus hojas son perennes, de color verde oscuro. Además, el borde de la hoja del acebo es espinoso y da un fruto de color rojo intenso, el cuál es tóxico y nunca debe ingerirse. Por su gran belleza el arbusto se utiliza como adorno navideño y recibe el nombre de muérdago o falso muérdago, un símbolo de la navidad al que se le han atribuido siempre propiedades mágicas. Actualmente, tanto el árbol como el arbusto, son especies protegidas en buena parte de Europa.
La madera del acebo es muy compacta y dura, pudiendo hundirse en el agua, es un árbol imprescindible en nuestros bosques porque da cobijo y protege del frío a los animales. La temperatura en el interior de los acebales puede llegar a ser entre 2 y 4 grados superior que en el exterior. El Urogallo cantábrico (también en Peligro de Extinción), complementa su dieta en invierno con las hojas y frutos de este árbol.
Imagen tomada ayer del acebo de Corsino Nava en Quintes
La madera del acebo es muy compacta y dura, pudiendo hundirse en el agua, es un árbol imprescindible en nuestros bosques porque da cobijo y protege del frío a los animales. La temperatura en el interior de los acebales puede llegar a ser entre 2 y 4 grados superior que en el exterior. El Urogallo cantábrico (también en Peligro de Extinción), complementa su dieta en invierno con las hojas y frutos de este árbol.
QUINTES Mirador del Cantábrico
Imagen tomada ayer del acebo de Corsino Nava en Quintes