El cantante y el político se
conocieron en Cuba y fraguaron una profunda relación tejida en comidas con
largas sobremesas entre canciones y habanos
Marcos Moro, Gijón, Domingo, 27
de julio 2025
El cantante Luis Gardey (Quintes,
Villaviciosa, 1937) asegura que con el fallecimiento de Antonio Trevín no sólo
ha perdido a uno de sus mejores y entrañables amigos, sino que también le han
arrebatado a una persona a la que quería y respetaba como si fuera de su misma
sangre. «Le tenía un cariño tremendo y le consideraba como mi hermano pequeño»,
explica quien fuera ídolo musical en España en los 60 con éxitos como 'Déjala,
déjala' y 'Ma Vie'.
«Era una persona sumamente
inteligente, con una cultura muy amplia y un gran conversador que disfrutaba
mucho con los puros que le traíamos los amigos de Cuba. Podía llegar a fumarse
cinco al día», recuerda quien en su faceta de compositor fue conocido en todo
el mundo cuando dos de sus temas conquistaron al mismísimo Julio Iglesias.
Tan estrecha y fraternal era la
conexión entre ambos que el político socialista , ya en una fase muy delicada
de su enfermedad, quiso compartir uno de su último almuerzos fuera de casa con
Gardey y su mujer Odalys. Fue en el Café Pinín de Llanes el pasado 7 de junio
con la participación también de Luisa, la inseparable compañera de Trevín.
«Afrontaba su enfermedad con mucha entereza. Hasta el último momento tuvo la
ilusión de que iba a mejora y tenía planes para cambiar de coche o reformar su
casa de Llanes», indica el cantante,
Lo curioso es que la relación
entre Luis Gardey y Antonio Trevín, que pertenecen a generaciones diferentes,
suma poco más de dos décadas. Se conocieron en Cuba cuando el político presidía
el Consejo de Comunidades Asturianas, responsabilidad que desempeñó entre 2000
y 2004 y que le permitió establecer un fuerte vínculo con la emigración y ser
un firme defensor de los derechos de la diáspora astur. «Trevín influyó para
ayudar a Cuba desde sus diferentes responsabilidades políticas y se le recuerda
especialmente por haber sido él quien inauguró, como presidente del Principado,
la sede del Centro Asturiano de La Habana en noviembre de 1994», apunta.
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caribeña y durante los veranos, cuando el cantante retornaba a su Quintes
natal, los matrimonios quedaban de forma frecuente en sidrerías y restaurantes
de referencia como Casa Kilo para dar rienda suelta a la amistad en largas
sobremesas entretejidas entre canciones del repertorio de Gardey y humo de
Cohiba con otros compadres comunes, con el periodista Toni Fidalgo y el
empresario José Luis Vigil (Joluvi). «Le gustaba mucho que interpretase 'Un
amor como el mío', que me la compuso Juan Pardo. También 'Una cinta en el pelo'
y, por supuesto. 'O me quieres o me dejas' y 'Ni te tengo ni te olvido', los
éxitos que compuse para Julio», rememora.
Fuente EL COMERCIO