Es el primer
firmante del estudio que ha logrado identificar los genes que nos predisponen a
contagiarnos del virus causante de la pandemia
MIGUEL ROJO
El
investigador del Departamento de Biología Molecular de la Universidad de
Oviedo, Alejandro Piñeiro Ugalde, de Quintueles, es el primer firmante del
exitoso trabajo que, por medio de la colaboración entre multitud de científicos,
ha logrado identificar los genes que nos predisponen a contagiarnos de la
covid, lo que permitirá trabajar en fármacos contar la enfermedad causante de
la pandemia.
-¿Cuántas
horas de trabajo puede haber dedicado a concluir esta investigación?
-Incontables,
el esfuerzo ha sido muy grande. Ha supuesto la dedicación casi exclusiva de dos
investigadores durante casi tres años y la colaboración de múltiples personas
de distintos centros españoles. Pero estamos muy satisfechos de haber
contribuido con nuestros recursos técnicos y humanos ql estudio de este virus
que ha expuesto una vez más la vulnerabilidad humana.
-Carlos López
Otín les agradecía que hubiesen aparcado otros proyectos para sumarse a este.
Supongo que una situación como una pandemia mundial hace que se prioricen unas
cosas sobre otras…
-Carlos
siempre ha mantenido un profundo compromiso hacia las personas y en aquellos
momentos todos sentimos que debíamos aportar, dentro de nuestras posibilidades,
a lucha contra la pandemia. Nosotros no somos un laboratorio de virología, pero
en aquel momento estábamos adoptando y optimizando herramientas genéticas
avanzadas para estudiar el cáncer y el envejecimiento, y Carlos nos propuso
elaborar una estrategia para utilizarlo en estudio del SARS-CoV-2.
-Han
conseguido identificar genes que propician la infección por covid que habían
pasado inadvertidos en otros estudios previos ¿Cuáles la razón de este éxito?
-Efectivamente,
este no es el primer cribado genético de genes humanos necesarios para la infección
por SARS-CoV-2. Creo que una de las claves de nuestro éxito ha sido el esfuerzo
previo en seleccionar el modelo óptimo entre múltiples líneas humanas de
pulmón. Además, nuestro cribado genético no utiliza el virua completo, sino una
versión simplificada que permite diseccionar exclusivamente la entrada del
virus, lo que nos ha permitido analizar este proceso con más resolución.
-Además de
usted y Gabriel Bretones, firmantes principales, han colaborado muchos otros
investigadores, universidades, instituciones y centros de investigación. ¿Es
una demostración de la fuerza de la colaboración?
-La ciencia se
basa en el conocimiento acumulado y la colaboración. Este tipo de trabajos que
emplea múltiples tecnologías con alto grado de especialización solo son posibles
a través de la cooperación entre grupos. En este sentido, estamos muy
agradecidos a todos ellos por su contribución clave en el desarrollo d este
trabajo.
-Para
confirmar sus hallazgos, tuvo usted que trabajar con el virus real en el Centro
de Investigación en Sanidad Animal de Madrid. ¿Hubo algún momento en el pasase
miedo?
-La verdad que
pasaba más miedo en el restaurante del hotel cuando me disponía a cenar en
plena pandemia que en las instalaciones del CISA. El centro tiene un nivel muy
alto de seguridad y pasamos un curso intensivo de formación. Además, en todo
momento estuvimos acompañados de Raúl Fernández o del Dr. Francisco Lorente,
dos excelentes profesionales del grupo de Enfermedades Emergentes y
Transfronterizas, dirigido por Miguel Ángel Jiménez. Realmente ha sido una
experiencia inolvidable y les estamos muy agradecidos.
-¿Cómo es
trabajar con Carlos López Otin?
-Trabajar con
Carlos es sinónimo de excelencia en todos los sentidos. Además de acumular un conocimiento
infinito, es una persona extremadamente comprometida y generosa que ha dedicado
su vida a ayudar a los demás sin pedir nada a cambio. Tanto él como Gloria nos
han enseñado a creer en nosotros mismos y a arriesgarnos a explorar y a
innovar. El proyecto del genoma de la leucemia linfática crónica, el reciente
trabajo de análisis genómico de la medusa inmortal Turritopsis o este estudio
del SARS-CoV-2 ilustran claramente esta filosofía.
-¿Cree que se
podrán poner en marcha pronto nuevas
terapias que ayuden a paliar los síntomas del covid gracias a este
descubrimiento?
-Ojalá sea
así, sería la mejor recompensa al esfuerzo que hemos realizado. Los genes
identificados constituyen potenciales dianas para intervenciones farmacológicas
que permitan frenar la expansión del virus en nuestro organismo cuando las
vacunas no consigan frenar la progresión de la enfermedad. Actualmente no se
conocen moléculas inhibidoras de estas proteínas, pero nuestro trabajo aporta
claves sobre los mecanismos de entrada que pueden ser utilizados para encontrar
fármacos que actúen sobre otros elementos del mismo proceso.
-¿En qué
proyectos están trabajando ahora?
-Pues tras
casi 3 años de gran esfuerzo, voy a utilizar mi baja de paternidad para
centrarme por un tiempo en un proyecto que empezó hace 5 meses que se llama María,
y en otro de 3 años que se llama Antonio. Pero seguiré desde casa planeado
nuevos experimentos en colaboración con Gabriel para tratar de profundizar en
los mecanismos moleculares de los genes identificados y también supervisando a
dos extraordinarios estudiantes de doctorado que están bajo mi dirección.
Fuente: EL COMERCIO