06 diciembre 2021

Hoy traemos a nuestro apartado “Un rincón para el recuerdo” a Maximino “Mino” Palacio Varas (Rovigo – Quintueles 1936 – 2002

Socorrista y pionero en la profesionalización de los “salvamentos” en Gijón, llegó a ser un gran nadador y experto en pesca submarina

JANEL CUESTA  9 agosto 2021

Salta a la vista que por muchos festejos que celebremos, la playa de San Lorenzo es el epicentro del verano gijonés, cuyo incuestionable atractivo alcanza no solo a gran parte de Asturias, sino también a otras provincias limítrofes y, por supuesto, a la capital de la nación, ya que los veraneantes procedentes de Madrid forman parte de la más tradicional historia del verano gijonés. Y sobre este tema si podemos decir que el árbol no nos deja ver el bosque, ya que a pesar de la incomparable belleza de nuestra playa, como proclamaba un antiguo slogan, tenemos playa en todas las habitaciones, lo cierto es que nos pasan inadvertidas escenas, detalles y vivencias que acontecen en ella. Hoy vamos a rendir un sencillo, pero emotivo homenaje a los socorristas, antes llamados “salvamentos”, en la persona de Maximino Palacio “Mino el socorrista”, como todos le llamábamos.

Muchos y buenos socorristas han hecho historia desde que hace ahora un siglo del destacado nadador Gumersindo Ruiz se encargara de forma altruista de cuidar y vigilar a los bañistas como “salvamento” aficionado, como Daniel Pérez, Higinio Alonso, Juan Bautista Fernández Pelayo Lavandera, Lucio Torrente, Emilio Fonseca y Manolin “el Piguachu”. De entre ellos, no obstante, sobresale con todo merecimiento la figura de nuestro personaje de hoy. Durante cuatro décadas se entregó en cuerpo y alma, no solo a velar por la seguridad de los bañistas, sino que además organizó, profesionalizó aún más y, sobre todo, situó la actividad laboral de salvamento y socorrismo en el ámbito que le corresponde.

Todo empezó un 22 de febrero del año 1936, cuando en la parroquia de Quintueles nacía Maximino Palacio Varas, hijo de Marcelino Palacio Cifuentes y de  Isabel Varas Rea, en una familia tradicional de agricultores. Pero el fallecimiento del progenitor en plena Guerra Civil propició que se fuese haciendo mayor a la vera de sus abuelos y ya en edad de trabajar se vino a Gijón a casa de su tía Luisa Palacio Cifuentes. Su primer empleo fue de aprendiz en un taller de carpintería y ebanistería en El Coto de San Nicolás, pero sus orígenes al socaire de la palaya de La Ñora siempre ejercieron sobre Mino la ineludible atracción de la mar. Así, aunque autodidacta, llegó a ser un buen nadador y no menos adelantado en la pesca submarina, por lo que al comienzo de los años sesenta realizó los cursos de salvamento y socorrismo bajo la dirección del inolvidable deportista y presidente de la federación de dicha modalidad Carlos Ordieres. Se inició como socorrista en las playas de Estaño y Xagó y en el año 1970 ya formaba parte del equipo de “salvamentos” de Gijón de la playa de San Lorenzo que dirigía Higinio Alonso, de cuya etapa hay que recordar a los míticos Minervino de la Rasilla, Paco Lloret, Marino Sierra, José Heres, Gonzalo Quirós, Mariano Montoto, Ramón Sánchez, Roberto Iglesias, Juan Carlos Bango y Victoria García “Viki”, que fue la primera mujer socorrista en San Lorenzo. Maximino “Mino” Palacio dedicó la mayor parte de su vida a la mejora del socorrismo en nuestros arenales, llegando a ser un modelo y referente de organización y servicio a nivel nacional.

Padre de Flor Palacio

Contrajo matrimonio con la gijonesa María del Carmen Sánchez Suárez, de cuya unión nacieron sus dos hijos Flor Isabel e Iván. Al jubilarse Mino en el año 2001, tras un corto periodo de tiempo en el que le sustituyó Miguel Piñera Acebal, previo concurso oposición, accedió a dirigir el Servicio de Salvamento de nuestras playas Flor Isabel Palacio Sánchez, manteniendo la tradición y el prestigio de su progenitor, con una plantilla de 51 personas, entre socorristas, auxiliares de playa, patrones de embarcación y, por supuesto, con el equipo médico, porque en una playa pueden suceder las cosas más increíbles, con extravío de niños y mayores entre las muchas incidencias.

Maximino Palacio Varas falleció un año después de su jubilación, concretamente el 20 de febrero de 2002, a lo que no fue ajeno sus muchos años expuesto al sol, al salitre y al habitual nordeste, que le produjo un melanoma que derivó en un tumor cerebral cuando intentaba seguir con su gran  pasión por la mar y muy especialmente por “sus” playas como fiel asesor y gozando del reconocimiento de cuantos, aunque un tanto anónimos, gracias a ellos podemos disfrutar de las siete maravillosas playas de nuestro concejo.

Fuente EL COMERCIO

 P.D. Yo he  compartido con Maximino unos cuantos años antes de su jubilación, estaba de conserje en el Ayuntamiento de Gijón, en el mismo edificio donde yo trabajaba y nos veíamos todos los días.

Lo recuerdo como un hombre serio, cumplidor en el trabajo y atento y servicial con los compañeros.

Q.E.D.

Julián Caicoya

Maximino “Mino” Palacio Varas en su etapa de jefe del Servicio de Salvamento