La carretera de Quintueles y un brillante acto celebrando la constitución de la Asociación Cultura e Higiene en Quintes daban ejemplo de las inquietudes de los vecinos de la zona por el progreso y la cultura
Local social de la Asociación de Cultura e Higiene |
En medio de las tremendas convulsiones que agitan a la sociedad actual amenazanda con destruir sus más sólidos principios, es altamente consolador el ejemplo que nos dan los trabajadores del campo, los que aran la tierra y fertilizan los campos, aumentando sus producciones, a costa de muchas fatigas, sudores y miserias; héroes anónimos, en cuyas manos está el porvenir de la Patria. Ya lo dijo el gran Federico de Prusia: “El hombre que saca a la tierra dos espigas de trigo en vez de una, vale más que todos los conquistadores del mundo”.
Los trabajadores del campo saben bien que el mejoramiento de las tierras, el perfeccionamiento de la técnica, su desarrollo económico y los problemas del agro, no se solucionan con unos cuantos discursos, donde los vividores de la política intentan resolverlo todo desde la tribuna del mitin. Nuestros campesinos están ya convencidos de la charlatanería hueca, y se ríen de los falsos apóstoles, que a la hora del voto hallan solución para todo y después del voto se olvidan hasta del nombre del pueblo que los votó.
Saben que la salvación está en la difusión e intensificación de la cultura en el campo; ella será la única capaz de desplegar al viento la bandera del triunfo de sus legítimas aspiraciones y anhelos. Por eso, porque lo saben, buscan el eficaz remedio.
Y estos alardes culturales tan destacados en las masas campesinas, tienen marcada acentuación en los simpáticos pueblos de la Marina de Villaviciosa. Pudiera decirse que su constante obsesión, es la creación de escuelas, carreteras y caminos.
Recientemente está todavía el ejemplo de Quintueles. Una carretera que durante más de medio siglo fue una aspiración irrealizable y que de repente se convierte en palpable realidad en poco más de un par de meses por obra y gracia de sus vecinos.
He ahí el ejemplo de lo que vale y puede un pueblo de voluntad firme y decidida.
Ahora es el pueblo de Quintes, quien nos da otro hermoso ejemplo, constituyendo la Asociación de Cultura e Higiene, cuyos fines no pueden ser más nobles y elevados. Y como antes en Quintueles surge la idea que acogen con todo cariño los cultos maestros de aquel pueblo don Alfonso García y la señorita Consuelo Sánchez, idea a la que igualmente presta todo su calor y entusiasmo don Rafael Varas, hijo prestigioso de Quintes, propicio a toda obra buena que signifique mejoramiento moral y material de su querido pueblo; otros destacados elementos americanos, entre los que figura el señor Alejo Ordieres joven culto y entusiasta, que ofrecen su decidido apoyo, y tras unas cuantas reuniones en las escuelas, asesorados por los señores maestros y directivos de la sociedad hermana Cultural e Higiene de Cimadevilla (Gijón), redactan, discuten y aprueban el Reglamento, quedando constituida en la pintoresca parroquia de Quintes la asociación aludida, a la que pertenecen desde el primero al último de los vecinos. Así son los mariñanes.
Para inaugurarla organizaron en la noche del sábado último un grandioso festival, que dejó maravillados a todos los asistentes. A la entrada del amplio salón convertido e teatro leemos en grandes carteles y letras muy gordas: “La cultura dignifica; la higiene adorna y embellece; las dos cosas juntas son el orgullo de los pueblos modernos y civilizados; de higiene y cultura es nuestra sociedad; protégela”.
¡Bien, muy bien, amigos quinteses!
Ya en el interior, totalmente invadido por la muchedumbre de Quintes y pueblos limítrofes, observamos como una enorme bodega ha sido transformada en magnifico teatro, con sus correspondientes palcos, escenario, tribuna oficial, etc., con primoroso gusto adornado e iluminado convenientemente. Y entre los miles de personas de todas las edades y sexos allí congregadas en compacta masa había un orden admirable; ni una palabra de mal gusto, ni una frase grosera, ni un grito revelador de la incultura de quien lo da. ¿No es el mejor elogio que pudiera hacerse de tan importante acto?
En la tribuna oficial se hallan don José Busto Vega, alcalde en funciones de Villaviciosa, que se suma con gusto a esta hermosa fiesta cultural. A su lado el presidente de la nueva Asociación, don Rafael Varas; el interventor de nuestro Ayuntamiento don Justo Mac`Karty, y otros valiosos elementos de Quintes.
Comienza el acto con unas palabras del presidente de Cultura e Higiene de Cimadevilla, que explica los beneficios que ha de reportar la sociedad que se inaugura, maravillándose del entusiasmo del vecindario de Quintes a quienes ofrece su cooperación.
Habla luego el vicepresidente, don Alfonso García, joven y culto maestro de Quintes, exponiendo los fines culturales que propone realizar la nueva Sociedad, afirmando y ampliando los conocimientos de la Escuela, para lo cual, a medida que los fondos lo permitan, se irá creando una Biblioteca y construyendo un local social, donde mediante veladas artísticas, conferencias etc., se vayan ensanchando los horizontes culturales del pueblo.
Seguidamente el Coro de los Farapepes, deleita a la concurrencia, con hermosísimas canciones alternadas con bonitos juegos cómicos. Luego desfilan también por el escenario elementos locales, quienes interpretan muy bien su papel compuesto expresamente para el acto. Por último y para que nada faltase un afamado gaitero, con unas parejas de estupendos bailadores, ponen el broche de oro a este, por todos conceptos, memorable festival. Todos, lo mismo que los oradores, cosecharon atronadores aplausos. En el escenario aparece el señor Ordieres, alma de la comisión organizadora, quien nos anuncia el final de la fiesta, dando las gracias a las autoridades, forasteros y a todos cuantos contribuyeron a la brillantez del acto.
Sus últimas palabras fueron ahogadas por una enorme ovación.
Semanario católico “ORIENTACIONES” de Villaviciosa