Por necesidad o por afición, Quintes ha sido y sigue siendo un pueblo de pescadores
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| Abel Tuero, el promotor |
Hasta finales de tercio del pasado siglo, la mayoría de los vecinos practicaban la pesca como un recurso económico complementario a otras ocupaciones. A partir de 1975, a consecuencia de una afición heredada de los antepasados, la costumbre de bajar al pedrero a pescar continúa, pero ya como recreo
En el año 1945, en plenas dificultades de la posguerra, Guillermo Tuero Morís adquirió una lancha de madera de 450 kilos de peso, para mover a remo y con la que salía a faenar por la costa de Les Mariñes de Villaviciosa en busca de centollos, cabras y lo que pintara. Aquella embarcación fue bautizada como “Pitagoras” y tenía su base en la curva de Villaverde, sobre la “llastra” que hoy aun conocemos como “la piedra de la lancha”, lugar donde precisamente un argayo terminó destruyéndola.
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| Permiso de navegación |
Al fallecimiento de Guillermo Tuero en el año 1973, su hijo José Abel Tuero Barredo y un grupo de amigos de Quintes aficionados a la pesca, formado por: José Eduardo Casal, Alfredo Álvarez, José Antonio Danilo Tuya, Abel Buznego, Javier Tuero, y Avelino Álvarez, quisieron continuar con la tradición y fundan en 1975 “la peña de pesca Pitágoras”, con una aportación inicial de 21.000 pesetas cada uno.
Al principio empezaron a pescar con pequeñas lanchas que fue destrozando la mar sobre la “llastra” de la curva de Villaverde para continuar con una Kimba que venderían al poco tiempo por su alto coste de mantenimiento. En 1978 adquieren en cuarenta y ocho mil pesetas una embarcación denominada Marco Antonio, a la cual le acoplan un motor fuera borda marca Mercury de 7,5 C.V. y pasaría a denominarse “Pitágoras 2”. La lancha tendría, a partir de entonces, como lugar de atraque el puerto de Tazones.
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| Permisos de tripulación |
En 1982 fallece Abel Tuero y la peña fue perdiendo actividad, tres años después prácticamente dejan de pescar. Transcurridos 38 años desde la fundación de la peña, en un almacén de la Carbayera , aun se conserva en perfecto estado Pitagoras II y su motor, quien sabe si esperando algún día volver a navegar .
Diversos permisos y notas de contabilidad que tiene archivados Abel Buznego, dan fe de la legalidad con que funcionaba la peña.
Como curiosidad, recordar que cada miembro de la peña que se casaba recibía, del resto del grupo, un regalo simbólico consistente en útiles de pesca, cañas, cestos etc.
Os dejamos varias fotos curiosas y algunos permisos de la Comandancia Militar de Marina.
QUINTES Mirador del Cantábrico
Foto-Montaje Photoshop- de Fernando Segundo
