El maliayés, que investiga las miocardiopatías,
desarrolla actualmente su posdoctorado en Dallas: "Poder volver a casa es
lo que quería"
Alicia García-Ovies, Villaviciosa 01 JUL 2024
El biólogo maliayés Xurde Menéndez cuenta los días para
poder regresar a casa. Lleva desde hace cuatro años realizando su posdoctorado
en Dallas (Estados Unidos), y gracias a haber obtenido la ayuda Ramón y Cajal
de la Agencia Estatal de Investigación el próximo año logrará algo que muchos
de sus compañeros no consiguen, volver a España para desarrollar aquí su labor
investigadora. "Obtener esta ayuda es de lo mejor que me ha pasado y el
logro más importante. Me fui de España con la idea de poder volver y de esta
forma podré hacerlo", cuenta.
La ayuda que acaba de conseguir busca "promover la incorporación en organismos de investigación de personal investigador, tanto español como extranjero, con una trayectoria destacada con el fin de que adquieran las competencias y capacidades que les permitan obtener un puesto de carácter estable en un organismo de investigación del Sistema Español de Ciencia, Tecnología y de Innovación". Se trata, por tanto, "de una subvención para usar en cualquier centro o universidad de España. Cubre el salario y una parte de la investigación", indica Menéndez.
En su caso todavía no tiene decidido cuál será ese destino final, aunque la posibilidad de regresar a la Universidad de Oviedo, donde hizo su tesis, es una opción que tiene muy presente. Aunque lo más importante de esta ayuda es que "es un paso a la independencia", ya que pasará al ser el jefe de su propio equipo. "El investigador principal", indica. Un cargo al que aspiran a llegar todos los profesionales, pero que conlleva también grandes responsabilidades, ya que ahora será él quien deba encargarse de formar el equipo de trabajo, buscar financiación para poder desarrollar la investigación...
"Te da la posibilidad de estabilizarte. No digo que todos los científicos españoles que se van quieran volver, pero una gran parte sí. Yo siempre quise hacerlo", insiste. Conseguir la ayuda no ha sido fácil. Ramón y Cajal es el científico español más prestigioso de la historia, "que la ayuda lleve su nombre ya dice el grado de importancia". Pero si por algo es competitiva es por "los limitados recursos que hay, hay pocas becas y mucha gente".
Menéndez hizo su tesis en la Universidad de Oviedo bajo la dirección de Carlos López Otín y Alejandro Piñeiro Ugalde, en el departamento de Bioquímica y Biología Molecular. Allí tuvo la oportunidad de contribuir el estudio del papel de los microRNAs –unas moléculas reguladoras presentes en las células– en las enfermedades cardiovasculares.
En esa época destaca su traducción al asturiano el ensayo de su mentor, "La vida en cuatro lletres". El libro fue publicado por Ediciones Trabe y destacaba por contar con ilustraciones inéditas hechas por pintores asturianos que ayudan a explicar los temas que se tratan en los distintos capítulos como. Los beneficios por derechos de autor los dona a la Asociación Española Contra el Cáncer. En 2019 también presentó, en colaboración con la Academia de la Llingua Asturiana, el trabajo "TermAst de Bioquímica y Bioloxía Molecular", una propuesta terminológica con los nombres en asturiano de más de cuatrocientos conceptos científicos.
En enero de 2020 se trasladó a Estados Unidos para realizar su formación posdoctoral como parte del grupo de investigación de Eric Olson, referente mundial en el estudio de las enfermedades del corazón, que tiene su sede en la UT Southwestern Medical Center. Este es el ámbito en el que continuará trabajando a su regreso a España. "Existe un gran desconocimiento sobre las enfermedades del corazón que son genéticas, las denominadas miocardiopatías. Son enfermedades muy graves y de las que no se conocen las causas", explica. El principal problema es que esta falta de información impide en la actualidad elaborar una cura, "tan solo se combaten los síntomas". De ahí la importante labor que desarrolla el maliayés y con la que busca "mejorar la salud de los pacientes".
Por el momento, su estancia en Estados Unidos ya le ha
permitido descubrir herramientas moleculares que se pueden usar para editar los
genes y poder evitar esas mutaciones genéticas que provocan dichas
miocardiopatías, aunque "aún queda mucho por trabajar".
Sabe que no será fácil y es consciente de que su
regreso a España, por mucho que sea algo que lleva esperando desde que se fue,
supone también hacer importantes sacrificios. El primero, ver su sueldo
reducido casi a la mitad. No solo eso, en el centro en el que trabaja
actualmente "tienen muchísimos recursos. Es un centro puntero a nivel
mundial y sé que tener esos recursos en España es mucho más complicado".
Tendencia nacional positiva
Aún así, el maliayés se muestra optimista respecto a la
evolución que el sector científico ha tenido en el país en los últimos años.
Considera que "la tendencia es positiva", sobretodo si la compara en
la época en la que él estaba en la Universidad de Oviedo. En aquellos años, la
crisis económica de 2008 golpeó duramente a quienes dedicaban su vida a la
investigación y muchos laboratorios tuvieron que cerrar sus puertas. Ahora,
dice, "se invierte mucho más en becas y en investigación, aunque sigue
siendo poco". En su opinión, el problema más importante es "la
excesiva burocracia", que en Estados Unidos es mucho menor. "Es
verdad que aquí también hay que hacer muchos trámites, pero no tantos. Creo que
es una de las razones por las que parece que a Europa siempre le cuesta
alcanzar a Estados Unidos", reflexiona.
En lo que a Asturias se refiere, el escenario también
ha mejorado mucho. "Tenemos un consejero de Ciencia, Borja Sánchez, una
Agencia de Ciencia, Competitividad empresarial e Innovación... Se están
haciendo las cosas bien", considera.
Si bien el regreso de Menéndez a España está ya confirmado, este no se llevará a cabo hasta el año que viene. Primero deberá acabar su posdoctorado, algo que espera hacer a principios del próximo verano. Aunque verlo por Villaviciosa, concretamente por Quintes, será posible mucho antes. "Suelo ir una vez al año, normalmente en Navidad, pero me estoy planteando ir este verano. Habrá que celebrarlo con la familia", dice de una ayuda que, sin duda, marcará un antes y un después en su carrera.