El afortunado de hoy logró
llegar a la orilla gracias a unos veraneantes que le ayudaron a cruzar la Caleyona.
En el video vemos al erizo boca
arriba, ya en la cuneta, con sus manos de cinco dedos parecidos a las nuestras.
Un precioso mamífero, huidizo y silencioso, cuyos torpes y lentos movimientos lo convierten en blanco fácil para los vehículos.