CTIC inicia, «con resultados excelentes», las pruebas de conectividad por satélites de órbita baja desde su centro de Peón
CRISTINA TUERO - Domingo, 16
enero 2022
Un paso de gigante para la zona
rural asturiana. O un paso sideral, si queremos acercarlo más al espacio y al
tema que nos ocupa. Porque allá arriba es donde parece estar en estos momentos
la solución más inmediata y más eficaz a la conectividad a internet en el mundo
rural. Se trata de la malla de satélites de órbita baja (a unos 550 kilómetros
actualmente) desplegados por Starlink (más de 1500 y que llegarán a los 12000 a
finales de 2027, empresa surgida del proyecto SpaceX del magnate Eklon Musk,
cuyo objetivo es ofrecer un servicio de internet de banda ancha, bajo latencia
y cobertura mundial a bajo coste.
Es cierto que la conectividad a
internet por satélite no es algo nuevo, pero lo que se había planteado hasta
ahora era a través de satélites de órbita alta (36000 kilómetros) que
presentaban muchas limitaciones tanto en el ancho de banda como en la alta
latencia (retardo) y la portabilidad de las antenas de comunicación.
Las primeras pruebas en Asturias,
tras un año de espera, las acaba de desarrollar CTIC Rural-Tech desde el centro
de Peón con “resultados excelentes”. Según explica Pablo Priesca, director
general de CTIC, “se lograron entre 200 y 400 megabytes (Mb) reales de bajada
de información y 60 Mb de subida. Una conexión equiparable a las realizadas por
cable en las zonas urbanas y con unos datos que multiplican por más de diez la
velocidad de lo que se obtendría con las otras alternativas existentes en la
zona rural”. Esas otras opciones van desde la fibra óptica al 4G O 5G, pasando
por el ADSL, o las redes wifi.
Modelos colaborativos
¿Cómo funciona el sistema?. Los
satélites actúan como repetidores móviles entre el usuario y una estación de
tierra que están conectadas a troncales de internet.
La recepción se hace a través de
una especie de antena parabólica, que se compra a Startlink (cualquiera puede
solicitarlo), y que lleva integrada una tecnología muy compleja con multitud de
antenas minúsculas en su interior. “Esto le permite estar detectando distintos
satélites al mismo tiempo y optar por el que le suministra la información en
las mejores condiciones. La parabólica también es móvil para realizar la
búsqueda de los satélites en cada momento”.
Para Pablo Priesca, los buenos
resultados de las primeras pruebas en el Principado abren la posibilidad de
establecer modelos colaborativos, con conexiones compartidas en núcleos
rurales. “Estas capacidades podrían ser suficientes para que varios usuarios o
casas compartieran la conectividad a través de redes wifi, abaratando el coste
de contratación mensual que, en el momento del lanzamiento del servicio – que aún
está en pruebas – será de unos 100 euros mensuales, un coste alto para una
única familia que resida en una aldea”, señala. Compartir, por tanto, implicará
un precio sensiblemente inferior. También para las empresas ubicadas en el
medio rural y que actualmente presentan dificultades de conectividad.
“A Asturias, con una orografía
complicada y un 80% de territorio rural, se le abre una ventana de oportunidad
para solucionar la conectividad donde otras tecnologías todavía no han
llegado”, sentencia.
Emilio Tereñes, César Valmaseda, Carlos Charro y Luisa María Paz, con la antena que detecta los satélites. / CTIC