02 enero 2021

Les Mariñes desde el corredor

En Quintes. De casa catalogada por el Principado a núcleo rural y vacacional tras una completa rehabilitación.

Carmen del Soto – domingo 27, 12, 20

En ocasiones, los sueños se materializan cuando uno menos se lo espera y eso, precisamente, fue lo que les ocurrió a Cecilia Alvargonzalez , subdirectora de la Fundación Alvargonzalez, y a su marido, Gerardo Izquierdo, protésico dental, cuando, atravesando Quintes para disfrutar de una de sus jornadas playeras, descubrieron una casa en venta en esta parroquia del concejo de Villaviciosa.

El matrimonio llevaba tiempo dándole vueltas a la idea de hacerse con una de esas casas mariñanas que son seña de identidad de la zona, tanto para su disfrute personal como para posible inversión en turismo rural. Y la que apareció ante sus ojos, perteneciente a una época más evolucionada en la que ya se había incorporado corredor, cumplía con sus aspiraciones al contar con vivienda, llagar, cuadra y tenada. Más otra construcción, en la huerta, utilizada como gallinero y una panera.

El proyecto de rehabilitación fue firmado por la arquitecta gijonesa Belén Prendes, la encargada de dirigir las obras, respetando la que había en origen y siguiendo las directrices del Principado, al ser un inmueble catalogado. El resultado fueron dos edificaciones: la principal, dividida en apartamentos equipados al completo, que se distribuyen en la planta baja y a lo largo del corredor, y la otra, totalmente independiente y con jardín propio, la que disfruta actualmente la familia.

En esta última, con tejado a dos aguas, el techo en bajo cubierta fue totalmente reconstruido a base de vigas de madera sándwich. Para los suelos se eligió cerámica que imita a madera y en las paredes en las que no se pudo dejar a la vista la piedra original se optó por colores grises y blanco roto, en línea con las tonalidades neutras que predominan en toda la casa. Su distribución parte de un salón que cuenta con chimenea empotrada en hierro, zona de comedor y cocina incorporada a este espacio. En los dormitorios se ha buscado la comodidad, con cabeceros sencillos, mayormente en madera, y en ninguno de ellos se ha puesto el tradicional armario con puertas. En su lugar, se han habilitado huecos que se cierran con cortinas, elaboradas por la tienda gijonesa de Gastón y Daniela.

Cecilia y Gerardo se encargaron personalmente de la decoración, en estilo rustico y nórdico a la vez, combinando mobiliario de fábrica con muebles aprovechados de los domicilios de sus padres. La artesanía está presente a través de distintas obras, como los espejos de Javier Ordieres (Oles) o las piezas de Fernando González (Colunga), además de cuadros y fotos de rincones asturianos, pues se tuvo muy en cuenta que todo estuviese relacionado con paisaje y paisanaje del Principado.

Monasterio y Paraja se ocuparon de la jardinería que ornamenta los alrededores de la casa, plantando abedules, magnolios, avellanos, manzanos y arces japoneses, entre otros. Además de un seto de eugenias y una linde de madera de castaño como cierres perimetrales.

Fuente: EL COMERCIO

Cecilia Alvargonzalez y Gerardo Izquierdo en su casa de Quintes

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