El artista José Luis Martínez prepara desde Quintueles - Villaviciosa sus próximas muestras en Gijón tras veinte años sin mostrar sus cuadros
ALICIA GARCÍA-OVIES VILLAVICIOSA. Lunes, 9 diciembre 2019
Nunca llegó a convertirse en su profesión, pero la pintura ha acompañado a José Luis Martínez a lo largo de toda su vida. Desde su juventud, el gijonés ha plasmado en los lienzos su peculiar forma de ver el entorno que lo rodeaba. Apasionado del deporte, cada una de sus obras es un fragmento del esplendor de la tierra asturiana que ha contemplado en sus aventuras. Paisajes que desde hace años recrea desde su casa de Quintueles, donde ahora prepara sus dos próximas exposiciones. Tras veinte años sin mostrar sus cuadros, el artista volverá a hacerlo el año que viene en sendas galerías de su Gijón natal.
Martínez mostró desde muy pequeño sus inquietudes artísticas, llegando a introducirse en el manejo de los pinceles de la mano del pintor Roberto Crespo Joglar. «Fue una experiencia muy buena. Nos hicimos muy buenos amigos», recuerda. Una soltura que fue mejorando con el paso de los años hasta llegar a crear obras de grandes tamaños, como un cuadro de ocho metros cuadrados que decora las paredes de un hotel gijonés.
Su primera exposición tuvo lugar en Avilés, en 1981, junto a dos pintores, Carlos Álvarez, de Grado y Fidel Bueno, de Zaragoza. Posteriormente realizaría varias muestras individuales en ciudades como Oviedo, Cangas del Narcea o Villaviciosa. La desaparecida revista de arte La Brocha escribió de él que «su pintura lleva un camino muy halagüeño; sus cuadros han adquirido frescura con juegos de luces y de calidad». Un estilo que llegó a enamorar a coleccionsitas tanto de la región como de Madrid y Barcelona.
Su nombre sonaba entre los artistas asturianos más destacados cuando aparcó la afición por su trabajo como agente comercial del sector textil. En la localidad maliaya de Quintueles, donde reside desde que se casó, donde retomó la actividad hace una década. Sus obras decoran cada rincón de su domicilio, mientras las acuarelas se van acumulando en su pequeño taller. «Tardo poco en pintar. En una hora y media puedo tener una acuarela, pero soy muy perfeccionista y luego no me gusta ninguna», reconoce. El fallecimiento de su mujer hace un par de meses lo ha distanciado nuevamente de los pinceles, aunque Martínez espera volver a retomar, «poco a poco», una de sus grandes pasiones. El artista ya ha recibido dos propuestas para exponer el próximo año en Gijón, tras casi dos décadas sin hacerlo, aunque, apunta, «aún no hay fechas».
Implicación vecinal
Martínez compagina su vena artística con la vida vecinal. Fue el fundador de la asociación vecinal San Clemente de Quintueles, que ahora preside su hijo, Adolfo Martínez. «Hicieron una en Rovigo y me pareció buena idea. En la primera reunión ya fuimos 22 socios y ahora hay más de 400 y es una de las mayores de Villaviciosa», explica. Casi veinte años han pasado desde entonces, pero las preocupaciones siguen siendo las mismas: «Cuando empezamos ya se hablaba del proyecto del saneamiento y seguimos esperando». De su mano nació también la fiesta de la sidra de Quintes y Quintueles.
Fuente: EL COMERCIO
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| José Luis Martinez pinta un cuadro en el taller de su casa de Quintueles |
