Su costumbre de andar entre las patas o subirse al lomo del ganado vacuno comiendo insectos le vale su nombre.
Aunque cada vez es más habitual ver a esta especie de Garzas acompañando a las vacas que pastan por Quintes, no deja de ser curiosa la relación entre dos animales tan dispares. Donde están las unas, caminan y revolotean las otras en busca de moscas, parásitos y alimento. Una complicidad compartida que beneficia a las dos partes.
Las garcillas bueyeras adultas tienen pocos predadores, pero otras aves y mamíferos suelen saquear sus nidos. La principal causa de mortalidad de sus pollos es la inanición. Esta especie a pesar de quitarle las moscas al ganado, ha sido vector de enfermedades que se extienden por medio de las garrapatas y también puede resultar un peligro para la seguridad aérea en los aeropuertos. Se trata, sin duda, de una de las especies más sociables de nuestra avifauna.
Durante los meses de septiembre y octubre suelen desplazarse de norte a sur en busca de climas cálidos, pero este año debido a las temperaturas del otoño estan retrasado su regreso.
QUINTES Mirador del Cantábrico
Garzas y ganado la semana pasada en un prau de Quintes |