Después de muchos altibajos, éxitos y dificultades, las fiestas de Santa Ana no se celebrarán este año.
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1945, bailando en Santa Ana |
Aunque en cierto modo ya se esperaba, la reciente renuncia de Begoña y Alfredo en continuar con la organización de las fiestas nos cogió a muchos por sorpresa. Corren tiempos difíciles, económicos y burocráticos, para la organización de las fiestas de prau. Tiempos en que las formas de celebración han cambiado. Ya no vale como antes, fiar las fiestas a los beneficios de una barraca alquilada, donde por lo general se sirve baja calidad a precios altos.
Ya no pueden dos personas, aunque cuenten con colaboradores, responsabilizarse de una fiesta que genera infinidad de problemas y trabajo. Las fiestas de hoy deben organizarse por una comisión joven, formada por varias personas y comprometida, que trabaje durante todo el año en los preparativos y en la captación de medios económicos.
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1967 Equipo de fútbol de solteras |
Eran otros tiempos y otras formas. Remontándome al año 1966, recuerdo perfectamente que cuatro amigos, Roberto Álvarez, José Ramón Morís, Abel Buznego y yo mismo, decidimos, unos días antes del 26 de Julio, organizar las fiestas de Santa Ana que estaban suspendidas. Teníamos el permiso para su celebración en el prau de Varas pero faltaba todo lo demás.
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1967 Equipo de fútbol de casadas |
Al siguiente año la fiesta se celebró en el mismo lugar pero ya con la Orquesta X de Infiesto, que en aquel momento era una de las más renombradas de Asturias y su contratación nos costó 5.000 pesetas de las de entonces. Había que sacar dinero y organizamos al lado de casa Kilo un partido femenino de casadas contra solteras radiado por Jose Ramon Morís y que, al pasar la gorra, nos dio un beneficio de 2.000 pesetas.
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1975, Santa Ana en la Carbayera |
Al siguiente año, con la urbanización del prau de Varas, fue necesario trasladar la fiesta frente a la casa de Corso Raimundo, ya con una comisión formada por varias personas. Después de unos años sin fiesta de prau, empieza una nueva era de estabilidad para las fiestas de Santa Ana. Se formó una comisión fuerte con Eduardo Caso al frente y las fiestas empezaron a popularizarse y se ponen de moda. Al fallecimiento de Eduardo, coge la batuta de la comisión Manuel Angel Ordieres (Cuqui) y las fiestas continúan manteniendo un gran nivel. Tanto con Eduardo como en los primeros años de Cuqui las fiestas vivieron sus mejores momentos. Quintes se convertía en un camping gigante donde miles de jóvenes inundaban los praos de tiendas de campaña y las orquestas se lucían en verbenas multitudinarias durante tres días. En los últimos años las fiestas empiezan progresivamente a perder popularidad, corren nuevos tiempos y no se adoptan nuevas formas de organización como en el resto de romerías del entorno y Santa Ana poco a poco va decayendo.
Al fallecimiento en 2012 de Manuel Ángel Ordieres (Cuqui), se hicieron cargo de las fiestas durante estos dos últimos años su esposa Begoña Acebal y su hijo Alfredo Ordieres que ante el fenómeno del botellón y la falta de colaboración se ven impotentes y deciden no continuar con la organización.
Es justo reconocer y agradecer el esfuerzo y trabajo realizado por todas esas personas que durante estos últimos años han luchado para superar los múltiples problemas que se encontraron para organizar las fiestas. Yo solo intento demostrar con este escrito que las dificultades y el riesgo económico han existido siempre.
Si alguien no lo remedia, se han caído unas fiestas con gran tradición y renombre. Se cierra así un ciclo continuado de celebraciones de más de cuatro décadas. Esperemos que, como en otras ocasiones, las fiestas de Santa Ana vuelvan a resurgir con fuerza.
Julián Caicoya