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Roberto Díaz de Orosia, 1948.
Nació en Gijón, descendiente de padres de Quintes, vivió su infancia en la parroquia. Se formó de manera autodidacta y ya en 1963 participó en la Agrupación de Bellas Artes de Gijón. En 1970 comienza a trabajar en los astilleros Juliana, donde permaneció hasta 1984. Ha participado en numerosas exposiciones en todo el mundo, incluyendo algunas en Oviedo, como la que organizó en el Centro de Arte Moderno Ciudad de Oviedo en 1999. También ha destacado como cartelista en eventos tan importantes como el Festival de Cine de Gijón de 1993 o los carnavales de Oviedo en 1998.
Entre los paisajes pintados por Roberto Díaz de Orosia (Gijón, Asturias, 1948) el humano aparece como el de mayor calado. Tal vez porque en estos encuadres genio y figura se funden hasta lograr una dinámica que cala hasta las honduras. Por eso Díaz de Orosia se ha preocupado de la pintura social, y ha entrado de lleno en el festival de la vida desde el clima carnavalesco, que es realidad disfrazada. Víctor Alpieri escribe ante el trabajo de Díaz de Orosia: "las máscaras, que es la realidad misma, tienen tintes grotescos en los carnavales españoles: Goya y Solana son un ejemplo de ello, incluso las pinturas de Evaristo Valle y las dulces y × románticas × de Marola, son una protesta oficial del pueblo y desde el pueblo".
Empieza en la niñez. Dibuja barcos desde la orilla cantábrica, y, a los 15 años, practica en la Agrupación de Bellas Artes de Gijón, y trabaja con el grupo "El Chamicin" junto con Urbano Cortina, Néstor F. Molina y E. Pereda. En 1966 descubre a Goya en el Museo del Prado; conoce la pintura de Solana y Sorolla y viaja a Barcelona. Su pintura se presenta al público en una colectiva del grupo "El Chamicin" en la Caja de Asturias. Y en 1971 es galardonado con el Premio San Fernando, del Certamen Ejército. Su primera individual la celebra en una galería de Gijón, en 1973; viaja por diversos países extranjeros y en 1974, en la Galería Nogal, de Oviedo, sus paisajes y sus paisanajes se abren a una sociedad que ve reflejada en la obra. Y siguen exposiciones colectivas e individuales en diversos espacios asturianos. Pinta carteles y murales, también paisajes holandeses. Ya en los ochenta busca en el modelado otra manera de construir su discurso; en Gijón se preocupa por la Defensa del Patrimonio y asesora al Ayuntamiento en temas de arte, cultura y patrimonio.
Díaz de Orosia ha protagonizado diversas monográficas y su trabajo se ha recogido en libros como "Algunas consideraciones a su pintura", por Jesús Villa Pastur; "Mi Asturias" y "El carnaval de oro" con texto de Víctor Alpieri... escribe el cuento "Con sabor cubano", ilustrado por él mismo. En los ochenta su obra se abre al exterior: presenta individuales en los museos de Bellas Artes de Kiev, Odessa y Moscú; posteriormente en una galería de París, y en el Centro Asturiano de México. Ya a caballo de los dos siglos, su pintura se ha ido mostrando en toda la geografía española, desde Madrid, Torrelavega, Valladolid y Valencia, a Oviedo, Barcelona, Salamanca, Bilbao o León. Su obra está representada en colecciones públicas y privadas de España, Rusia, Ucrania, Francia, México y Cuba, entre otros países.