En Quintes. De casa catalogada por el Principado a núcleo rural y vacacional tras una completa rehabilitación.
Carmen del Soto – domingo 27, 12,
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En ocasiones, los sueños se
materializan cuando uno menos se lo espera y eso, precisamente, fue lo que les
ocurrió a Cecilia Alvargonzalez , subdirectora de la Fundación Alvargonzalez, y
a su marido, Gerardo Izquierdo, protésico dental, cuando, atravesando Quintes
para disfrutar de una de sus jornadas playeras, descubrieron una casa en venta
en esta parroquia del concejo de Villaviciosa.
El matrimonio llevaba tiempo
dándole vueltas a la idea de hacerse con una de esas casas mariñanas que son
seña de identidad de la zona, tanto para su disfrute personal como para posible
inversión en turismo rural. Y la que apareció ante sus ojos, perteneciente a
una época más evolucionada en la que ya se había incorporado corredor, cumplía
con sus aspiraciones al contar con vivienda, llagar, cuadra y tenada. Más otra construcción,
en la huerta, utilizada como gallinero y una panera.
El proyecto de rehabilitación fue
firmado por la arquitecta gijonesa Belén Prendes, la encargada de dirigir las
obras, respetando la que había en origen y siguiendo las directrices del
Principado, al ser un inmueble catalogado. El resultado fueron dos
edificaciones: la principal, dividida en apartamentos equipados al completo,
que se distribuyen en la planta baja y a lo largo del corredor, y la otra,
totalmente independiente y con jardín propio, la que disfruta actualmente la
familia.
En esta última, con tejado a dos
aguas, el techo en bajo cubierta fue totalmente reconstruido a base de vigas de
madera sándwich. Para los suelos se eligió cerámica que imita a madera y en las
paredes en las que no se pudo dejar a la vista la piedra original se optó por
colores grises y blanco roto, en línea con las tonalidades neutras que
predominan en toda la casa. Su distribución parte de un salón que cuenta con
chimenea empotrada en hierro, zona de comedor y cocina incorporada a este espacio.
En los dormitorios se ha buscado la comodidad, con cabeceros sencillos,
mayormente en madera, y en ninguno de ellos se ha puesto el tradicional armario
con puertas. En su lugar, se han habilitado huecos que se cierran con cortinas,
elaboradas por la tienda gijonesa de Gastón y Daniela.
Cecilia y Gerardo se encargaron
personalmente de la decoración, en estilo rustico y nórdico a la vez, combinando
mobiliario de fábrica con muebles aprovechados de los domicilios de sus padres.
La artesanía está presente a través de distintas obras, como los espejos de
Javier Ordieres (Oles) o las piezas de Fernando González (Colunga), además de
cuadros y fotos de rincones asturianos, pues se tuvo muy en cuenta que todo
estuviese relacionado con paisaje y paisanaje del Principado.
Monasterio y Paraja se ocuparon
de la jardinería que ornamenta los alrededores de la casa, plantando abedules,
magnolios, avellanos, manzanos y arces japoneses, entre otros. Además de un
seto de eugenias y una linde de madera de castaño como cierres perimetrales.
Fuente: EL COMERCIO
Cecilia Alvargonzalez y Gerardo Izquierdo en su casa de Quintes