Una fiesta se prepara con mucho tiempo por delante y al detalle. No se improvisa casi nada. Entre otras cosas es importante el lanzamiento de voladores y un prolongado repique de campanas anunciando las fiestas el día anterior.
Desde la más remota antigüedad se han empleado las campanas para alertar y convocar a los vecinos en casos de incendio e inundaciones, como aviso de fallecimientos y también para acompañar a las procesiones en días de fiesta.
Aquellas funciones de las campanas, manejadas manualmente, como servicio público, se están extinguiendo con las nuevas tecnologías electrónicas, el repique personal en procesiones y fiestas también está desapareciendo por la falta de campaneros.
Antes se discutía por subir al campanario y demostrar quién era el que mejor tocaba, ahora ya no se discute porque cada vez van quedando menos aficionados.
Inevitablemente los campanarios y sus campanas son historia, se están quedando mudos y obsoletos, y pronto serán un elemento constructivo y decorativo de las iglesias, recordándonos que algún día fueron un medio de alerta, de comunicación y de alegría.
Afortunadamente en Quintes aún tenemos a Sebastián, Xurde y unos pocos más para recordarnos como suenan las campanas y anunciar las fiestas.
QUINTES Mirador del Cantábrico
En el siguiente vídeo de Santiago Pidal, Sebastián y Xurde tocan < La Vispera de la fiesta de Santa Ana 2018 >