Pese a que la climatología no acompañó Granderroble y pueblos adyacentes se volcaron con sus fiestas patronales
Ayer la Virgen de la Nieves volvió a demostrar su capacidad de convocatoria. Centenares de vecinos y fieles a la Santa desafiaron el mal tiempo y siguieron bajo el paraguas la tradicional misa de campaña concelebrada por seis sacerdotes. La celebración estuvo cantada por el coro de Quintueles que dirige José Antonio Varas y la danza en honor de la Virgen de las Nieves corrió a cargo de Les Xanines de Quintes.
Aunque, en relación a años anteriores, la lluvia mermó asistencia de publico, impidió la procesión y complicó alguna de las actuaciones que estaban programadas por el grupo de baile, a última hora fue respetuosa y dejó a los asistentes compartir en las inmediaciones de la ermita la sesión vermu seguida de una jira campestre.
Aunque, en relación a años anteriores, la lluvia mermó asistencia de publico, impidió la procesión y complicó alguna de las actuaciones que estaban programadas por el grupo de baile, a última hora fue respetuosa y dejó a los asistentes compartir en las inmediaciones de la ermita la sesión vermu seguida de una jira campestre.
En cambio la climatología no influyó demasiado en las fiestas de la tarde noche. El bonito a la plancha, en su XXIII edición, volvió a ser protagonista de las fiestas de Granderroble en el prau de la romería y congregó a centenares de personas en una multitudinaria cena de hermandad que finalizó con una verbena a cargo de las orquestas Emperadores y Cabaret.
Hoy, segundo día de los festejos, habrá actividades infantiles, paella gratis para quien conserve el tique de la bonitada, y a 3 euros para el resto. Una verbena amenizada por el Grupo Cuarta Dimensión dará por finalizadas las fiestas de Granderroble 2017.
QUINTES Mirador del Cantábrico
Fieles durante la celebración de la misa de campaña |
Interior de la ermita |
Sacerdotes y el coro de Quintueles durante la misa |
Grupo de baile Les Xanines
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