V. A. NAREDO / EL COMERCIO
Una encendida defensa de las minas del azabache, practicamente desaparecidas, en el concejo de Villaviciosa y un emotivo recuerdo de sus vivencias infantiles en Tazones, Miravalles y Quintes. Son los temas centrales en los que basó su intervención Luis Gardey, ayer, durante su intervención como pregonero en el Mercáu Tradicional de Oles.
Natural de la parroquia de Quintes, Luis Gardey recordó a Tomás Noval, apodado 'el último minero del azabache', «que no debería ser el último».
Y es que, en América, señaló, «el oro negro es el petróleo. Aquí tenemos nuestro oro negro que es el azabache y habría que hacer todo lo posible para que el de Villaviciosa pueda volver a explotarse», comentó. «Que las manos de azabacheros como Tomás, vuelvan a tallar el mejor azabache del mundo», deseó.
«Cuentos de maravilla»
Por último, Gardey recordó sus vivencias infantiles sus paseos por Tazones y Miravalles, «donde mi padre me contaba cuentos de maravilla», por lo que «este niño de Quintes, de Les Mariñes, que salió por el mundo, nunca ha olvidado su tierra, que está en mis canciones y en mi corazón», concluyó.