Varias plantas de camelia roja, de unos 70 años de antigüedad, lucen sus mejores flores en esta época del año.
Dicen que en el mundo hay hasta 3000 variedades de camelias. La planta llegó a Europa desde Asia en el siglo XVI, aunque en la Península Ibérica no se conocen hasta el siglo XVIII y, no es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando comienza a mencionarse en escritos y a divulgarse a través de las diferentes exposiciones que se organizan.
Las condiciones climatologías para las camelias en Asturias y en Galicia son muy buenas debido a la humedad. Crecen de manera natural y resistente y florecen de Noviembre a Abril, es la flor de invierno. Dice la leyenda que las camelias pidieron a Dios dos cualidades y como sólo se les dejo escoger una, la camelia pidió ser la flor más bella. Sólo un dos por ciento de las camelias, tienen aroma, un olor muy tenue, delicado fresco, parecido al té más dulce. Su aceite se emplea para cocinar, también en cremas y jabones, muy utilizados por los japoneses.
La flor es solitaria, aparece en el ápice de cada rama, y tienen una corola simple o doble. Los colores más comunes son el rojo y el blanco. Suelen medir unos 7-12 cm de diámetro y tienen 5 sépalos y 5 pétalos. Estambres numerosos unidos en la mitad o en 2/3 de su longitud.
La hoja es persistente, coriácea, brevemente peciolada, con bordes dentados, terminando en punta, alterna y de color verde oscuro reluciente y vivo con el envés más pálido.