Un gallo muy presumido
en un gallinero entró,
y luciendo su palmito
con la horma se encontró.
Se acercó a una franciscana
muy apuesta y gallaspera,
y el gallito postinero
le ha pedido que lo quiera.
Le ha ofrecido cariño
y también felicidad,
un amor en exclusiva
y total fidelidad.
El resto de gallinitas
se han sentido agraviadas,
y al gallito colorao
le han corrido a picotadas.
Y como le han dejado
que se ha ido llorando,
ahí se va el Gallo Morón
sin pluma y cacareando.
P.S. 06/03/2012.
Foto y rimas cedidas por Pedro Solar