En sus Diarios, Gaspar Melchor de Jovellanos, hace la siguiente descripción de la Esfoyaza, refiriéndose al método tradicional de cultivo del maíz: "Síguese a esto, la operación de la esfoyaza, que se hace por turnos en las casas de los labradores, concurriendo los mozos de la redonda a ellas: las mujeres desenvuelven las hojas, descubriendo el grano de la mazorca, separando las inútiles y dejando tres o cuatro, y los hombres tejen estas hojas unas a otras formando riestras (ristras) de cuatro o cinco varas de largo, a que llaman piñones cuando son más cortas. Esta operación es de mucha alegría; se canta mucho; se tiran unos a otros las panoyas; se retoza y se merienda tortillas de sardinas o jamón con boroña, precisamente caliente, queso y peras o manzanas cocidas con la misma boroña. En otras partes, en lugar de merienda, se da a cada uno un panecillo como de media libra, y en otras garulla, esto es corbates y peras y manzanas crudas. Esta esfoyaza es siempre de noche, y acaban a la una o las dos. Entonces los galanes acompañan a las mozas hasta sus casas, que suelen ser distantes, y al amanecer están en el trabajo "Hay numerosos cantares que nos describen con gran precisión el carácter festivo de este trabajo comunitario. No voy a les esfoyaces, que me tiren panoyaes; subir la cuesta non puedo aunque me alumbren con payes.Al comenzar la esfoyaza no me tires panoyaes, estoy faciendo les riestres tengo les manes ocupaes. Algunos mozos cortejaban durante la esfoyaza a la moza que les gustaba, como en el caso que se describe en estos dos cantares, tirándoles panoyas en modo de juego. Una panoya tiréite ya no me fixiste casu; ya verás como te quedas por siempre pa vestir santos. La panoya que m´umbiaste non la quise recibir porque mio madre non quier que cortexe a mozu ruin.