ARTE DE LABRADO EN PIEDRA Y MADERA
Sesenta años de experiencia acreditan a Silverio Tuero como un experto en el trabajo de la cantería; ahora se atreve también con la madera
LUIS CASO/QUINTES
ORGULLO. Silverio Tuero, más conocido como 'Vero Guillermo', posa con algunas de sus obras.
HISTORIAL DE LA OBRA DE 'VERO'
Experiencia: Silverio lleva más de 60 años trabajando con la piedra.Maestro:fue profesor de mampostería y talla de la escuela-taller de Contrueces.Algunos trabajos:escudos de los ayuntamientos de Villaviciosa y Siero, así como el de los Premios Príncipe de Asturias. Monolito de Bedriñana, en honor al párroco
Es conocido que en la comarca mariñana abundan en el subsuelo grandes bancadas de piedra arenisca, materia explotada principalmente en las localidades de Quintes y Quintueles, tanto para industria como para la construcción, llegando estar abiertas una decena de explotaciones allá por los años 50 y 60 del pasado siglo. De la mano de Silverio Tuero esa piedra, y también la madera, se transforman en arte.Antiguamente, las gentes que trabajaban la piedra tenían un nombre común a nivel popular cuando se hablaba de su profesión u oficio. A todos se les llamaba canteros cuando realmente había -y hay- varios trabajos diferenciados.Silverio explica que el cantero es el que arranca la piedra en la cantera para su posterior uso. Luego está el cantero-mampostero -que la coloca y asienta- y, por último, se puede hablar del labrante, que trabaja artísticamente la piedra y logra transformarla en arcos, pilares y figuras.En Quintes y Quintueles hay acreditados canteros-mamposteros y algún que otro labrante pero, sin duda, uno de los más completos es Silverio Tuero, más conocido a nivel popular y vecinal como 'Vero Guillermo'. Silverio reúne una buena experiencia, ya que durante años ejerció y trabajó en las tres especialidades de la cantería.Comenzó muy joven en la ex-tracción de piedra y más tarde -debido al boom en la explotación de canteras por la construcción de la Universidad Laboral- se transformó en una adelantado en mampostería y labra de piedra, oficio que le ha servido para vivir dignamente.Con unas cualidades innatas para el dominio del cincel, acompañadas de unas ilimitadas inquietudes artísticas, 'Vero' comenzó a compaginar su trabajo de mampostero-labrante, con el de tallista sin haber recibido ninguna clase de arte, de manera autodidacta.Así empezó a tallar con escudos heráldicos y figuras mitológicas asturianas -siempre en pronunciados relieves sobre piedra-, escudos deportivos...No lo hacía con fines económicos, sino para satisfacer su autoestima como escultor. Por ello, su amplio taller está repleto de obras, donde se pueden ver el escudo de Villaviciosa o el oficial de los Premios Príncipe de Asturias.Entre sus trabajos destacados figura el escudo del Ayuntamiento de Siero, el monolito en memoria del párroco de Bedriñana y la decoración de la entrada del cementerio de Quintes, así como la rehabilitación de la piedra del interior de la iglesia y el altar en el exterior de la misma, además de la placa en recuerdo del párroco don José García.Toda esta experiencia le sirvió para ejercer de profesor de mampostería y talla de una escuela-taller de Gijón, donde se jubiló hace algo más de diez años. Se jubiló pero no está retirado: sigue dedicado a la talla en piedra, que en estos últimos años comparte con la madera, ya que su hijo Alejandro también es un artista de la talla en madera noble y el padre no quiso ser menos.Una enorme cantidad de toda clase de artilugios típicos -la mayoría a realizados con navajas, gubias y herramientas manuales- como gaxapos, xugos, figuras religiosas, utensilios antiguos de cocina y hasta un tótem, hecho de tronco de pomar, que él llama 'Demonio', forman una gran exposición y un recreo para la vista. En otro apartamento cercano están las obras de su hijo: maderas decorativas, baúles, jarras y objetos ornamentales. Ni padre ni hijo tienen inconvenientes para que el visitante goce del valor artístico de lo expuesto.
Experiencia: Silverio lleva más de 60 años trabajando con la piedra.Maestro:fue profesor de mampostería y talla de la escuela-taller de Contrueces.Algunos trabajos:escudos de los ayuntamientos de Villaviciosa y Siero, así como el de los Premios Príncipe de Asturias. Monolito de Bedriñana, en honor al párroco
Es conocido que en la comarca mariñana abundan en el subsuelo grandes bancadas de piedra arenisca, materia explotada principalmente en las localidades de Quintes y Quintueles, tanto para industria como para la construcción, llegando estar abiertas una decena de explotaciones allá por los años 50 y 60 del pasado siglo. De la mano de Silverio Tuero esa piedra, y también la madera, se transforman en arte.Antiguamente, las gentes que trabajaban la piedra tenían un nombre común a nivel popular cuando se hablaba de su profesión u oficio. A todos se les llamaba canteros cuando realmente había -y hay- varios trabajos diferenciados.Silverio explica que el cantero es el que arranca la piedra en la cantera para su posterior uso. Luego está el cantero-mampostero -que la coloca y asienta- y, por último, se puede hablar del labrante, que trabaja artísticamente la piedra y logra transformarla en arcos, pilares y figuras.En Quintes y Quintueles hay acreditados canteros-mamposteros y algún que otro labrante pero, sin duda, uno de los más completos es Silverio Tuero, más conocido a nivel popular y vecinal como 'Vero Guillermo'. Silverio reúne una buena experiencia, ya que durante años ejerció y trabajó en las tres especialidades de la cantería.Comenzó muy joven en la ex-tracción de piedra y más tarde -debido al boom en la explotación de canteras por la construcción de la Universidad Laboral- se transformó en una adelantado en mampostería y labra de piedra, oficio que le ha servido para vivir dignamente.Con unas cualidades innatas para el dominio del cincel, acompañadas de unas ilimitadas inquietudes artísticas, 'Vero' comenzó a compaginar su trabajo de mampostero-labrante, con el de tallista sin haber recibido ninguna clase de arte, de manera autodidacta.Así empezó a tallar con escudos heráldicos y figuras mitológicas asturianas -siempre en pronunciados relieves sobre piedra-, escudos deportivos...No lo hacía con fines económicos, sino para satisfacer su autoestima como escultor. Por ello, su amplio taller está repleto de obras, donde se pueden ver el escudo de Villaviciosa o el oficial de los Premios Príncipe de Asturias.Entre sus trabajos destacados figura el escudo del Ayuntamiento de Siero, el monolito en memoria del párroco de Bedriñana y la decoración de la entrada del cementerio de Quintes, así como la rehabilitación de la piedra del interior de la iglesia y el altar en el exterior de la misma, además de la placa en recuerdo del párroco don José García.Toda esta experiencia le sirvió para ejercer de profesor de mampostería y talla de una escuela-taller de Gijón, donde se jubiló hace algo más de diez años. Se jubiló pero no está retirado: sigue dedicado a la talla en piedra, que en estos últimos años comparte con la madera, ya que su hijo Alejandro también es un artista de la talla en madera noble y el padre no quiso ser menos.Una enorme cantidad de toda clase de artilugios típicos -la mayoría a realizados con navajas, gubias y herramientas manuales- como gaxapos, xugos, figuras religiosas, utensilios antiguos de cocina y hasta un tótem, hecho de tronco de pomar, que él llama 'Demonio', forman una gran exposición y un recreo para la vista. En otro apartamento cercano están las obras de su hijo: maderas decorativas, baúles, jarras y objetos ornamentales. Ni padre ni hijo tienen inconvenientes para que el visitante goce del valor artístico de lo expuesto.