20 marzo 2015

Colección de motos antiguas en Quintes

Ismael Miranda Rea, mecánico jubilado, conserva como nuevos varios modelos restaurados por él mismo. 
Ismael con alguna de sus motos
Ismael ha reparado centenares de motos a lo largo de su vida profesional y ha visto también como una mayoría de ellas acababan en la chatarra. Dice que antes no se apreciaban porque había muchas, pero con el paso del tiempo cada vez quedan menos y la gente se va dando cuenta de su valor, ahora mismo están muy solicitadas por aficionados y coleccionistas. 
Su afición por las motos antiguas comenzó hace ya muchos años cuando empezó a trabajar en el taller de su padre, Tomás Miranda “Lin”, en el barrio Cimavilla de Quintes. Siempre dedicó parte de su tiempo libre a restaurar modelos que iba consiguiendo por la zona y que le gustaban. 
La restauración exige dedicación y paciencia, le gusta dejarlas como eran en su estado original, para lo que es necesario, dice Ismael, desmontarlas en su totalidad; motor, instalación eléctrica, chapa, puesta a punto y pintura son las tareas a realizar. Difícil también son los repuestos originales como los que él utiliza, hay que conseguirlos por Internet y en los mercados, aunque escasean mucho y están muy caros. 
En la actualidad Ismael mantiene una colección de ocho modelos diferentes de motos clásicas antiguas, en perfecto estado de mantenimiento y con todas las autorizaciones para circular. Todas juntas o por separado llaman la atención de cualquier aficionado. 
Tal y como habíamos comentado en anterior publicación, estas reliquias del pasado os las iremos presentando individualmente junto a un resumen informativo del modelo. Hoy continuamos con la MONTESA KING-SCORPION 250 cc. 
QUINTES Mirador del Cantábrico 






MONTESA KING-SCORPION 250, FABRICADA EN ESPAÑA ENTRE 1970 Y 1972
(MATRICULA LE A 4226) (ampliar las fotos con un clic)

Montesa King-Scorpion.
Fabricada entre 1.970 y 1.972 fue una moto prácticamente destinada al mercado americano. Creada por el ingeniero Leopoldo Milá y desarrollada por el ex-piloto Pere Pí. Es una moto difícil de clasificar, pues ni es enduro ni es realmente una trail, sí fue sin embargo un decidido paso adelante en cuestión de diseño por parte de Montesa. 
Estéticamente muy lograda, combinando el blanco del chasis con el rojo del depósito, anclajes del faro al estilo racing de la época y como curiosidad, anagramas de Montesa no de chapa atornillados al depósito. Destaca en ella la adopción de batería y llave de contacto, encendido electrónico, freno delantero de doble leva, faro Lucas y piloto CEV, cuenta millas y un práctico y bonito transportín cromado. 
Mecánicamente nunca tuvo ambiciones deportivas ya que desarrollaba 22,8 CV, 5 velocidades y trasmisión primaria por piñones, aunque existía un kit de potenciación que llegaba a los 31 CV. Este kit consistía en la adopción de un escape de Cappra MX y de un nuevo cilindro y culata.