27 febrero 2013

Vida, costumbres y valor gastronómico de la llámpara en Quintes y Quintueles

La llámpara es un molusco gasterópodo de la familia de los patélidos de concha cónica, de una sola pieza y contorno oval, extremadamente voraz que desnuda el entorno que la circunda en las correrías nocturnas emprendidas en busca de comida, devorando sabanas verdes de ocle que cubren las rocas; aunque eso sí, una vez concluida la faena, regresa siempre al mismo sitio, al puesto que tiene allí. Alguna variedad, como la de los fisurélidos, tiene un orificio, una fisura en el pico por donde defecan antes de echarse a dormir. Al ser unisexuada libera el esperma en el agua y de los huevos fecundados salen larvas pelágicas que evolucionan hasta convertirse en llámparines. Después se adhieren con tal fuerza a las rocas con su robusto y musculoso pie que se produce un cierre hermético protegiéndolas eficazmente de las más fuertes olas, contra la sequedad durante la bajamar, e incluso de los rayos del sol y contra el peligro de perder sal cuando son azotadas por la lluvia. 
Las conchas no sólo pueden variar mucho de color, sino de también de forma cuando cambian de ubicación: las situadas en lugares que quedan secos durante bajamar tienen el cono más agudo, y las que siempre están cubiertas por el agua son más aplanadas. Teniendo en cuenta que su fuerza de succión supera 4000 veces el peso propio, conviene pertrecharse de un artefacto ad hoc, una herramienta con mango de madera y vástago de hierro, con extremo aplanado a modo de escoplo y meterlo con fuerza y decisión. 
Así lo hacía yo de guaje en los pedreros de la desaparecida playa del Tallerín de Jove, donde el comer y el arrancar todo era empezar. Crudas iban directamente a la boca, con el único aditamento del agua del mar y su yodo escurriendo por la comisura de los labios. Muchas comí así y lo sigo haciendo en la intimidad, para no poner en juego mi prestigio de reputado gastrónomo. Aunque confieso que lo que realmente me pone es la gastronomía insólita. He disfrutado hasta el paroxismo comiendo escarabajos de agua; hormigas; huevos de hormiga; saltamontes; cocodrilo; serpientes; tortuga; anémonas, ojos de besugo; sopa de labios de pescado; orejas, pepinos, caballitos y estrellas de mar. 
Pero bueno, hoy el asunto gastronómico va de llámpares, ese molusco cuya forma recuerda al típico gorro chino (por cierto, en China, donde también abundan, me puse morado de comerlas en exóticas preparaciones. Al igual que en Canarias, lugar en el alcanzan un gran tamaño y son elaboradas a la plancha rociadas con mojo verde). De todos modos me quedo con la llámpara de Quintes a Quintueles y de Quintueles a Xixón, como dice el viejo cantar de Juan Martínez Abades; la de las rocas de La Güera, La Escalera, El Pielgu y La Tuerba, que aguardan escondidas en numerosos rincones y se ofrecen como un premio al caminante que supera su difícil acceso. 
Si como antes decía, muchas fueron las que comí crudas, no menos fueron las devoradas tras ser cocinadas, ya sean guisadas en salsa verde, a la sidra, en sopa, en revuelto, en tortilla, con arroz o sencillamente “afogaes”. Personalmente me quedo con estas últimas, muy brevemente tocadas al fuego como con tanta sabiduría preparan en Casa Kilo de Quintes, convirtiendo su habitual gomosidad neumática en pura gelatina oceánica.
Eufrasio Sánchez


Como complemento a este articulo, os dejamos dos recetas de llámpares:
Llampares afogaes
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Ingredientes:
1 kg de llampares, una cebolla, 1 diente de ajo, un cucharada de maizena, una guindilla, un vaso de sidra, sal.
Pique la cebolla finamente y el diente de ajo cortado en finas láminas a fuego medio. Cuando empezó a pocharse, añadí una cucharada de maizena , la guindilla, una pizca de sal, lo deje freír todo un poco y a continuación puse el vaso de sidra, y los removí todo hasta que se quemo el alcohol. Eche les llampares y lo deje cocer todo un poco hasta que se separaron de la concha.
Hay que tener cuidado de no pasarnos con el tiempo porque quedarían demasiado duras.
http://elmandilondemama.blogspot.com.es/2012/04/llampares-afogaes.html
  Llampares a la sidra
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Llámpares  a la sidra, es una receta tradicional asturiana cuyo ingrediente estrella es uno de los moluscos con mayor sabor a mar: las llámparas (o lapas). A nosotras nos encantan, y hoy las cocinamos gracias a nuestro cuñado que ha tenido el detalle de "pescar" unas buenas llámparas, puesto que es difícil encontrarlas en pescaderías. Nos viene a la memoria cuando siendo "guajas"  íbamos a coger llámparas con nuestro padre a algún pedrero cerca de casa, y al día siguiente nuestra madre nos preparaba una llamparada. Ésto hoy en día no se puede hacer: cuidado que vengáis de vacaciones a Asturias y se os ocurra coger algún molusquillo... Podréis probarlas en muchos pueblos costeros de Asturias, e importante es el Festival que se celebra cada año en Quintes y Quintueles. Ésta es una forma muy sencilla de hacer las llámpares, y es la receta que nos ha hecho nuestra madre toda la vida.
 Primeramente tenemos que lavar bien las llámparas,  para que suelten toda la arena. Para ello las ponemos en un bol con agua fría y un puñado de sal. Transcurrida una hora aproximadamente, las lavamos bien debajo del grifo.
En una cazuela (mejor de barro), sofreimos la cebolla finamente picada y el diente de ajo a fuego lento. Cuando empiecen a pocharse, añadimos el jamón cortado en taquitos pequeños (ésto es opcional), añadimos una cucharada de pan rallado y la guindilla. Añadimos las llámparas,  una pizca de sal y el vaso de sidra, removiendo todo con ayuda de una cuchara de palo. Cuando las llámparas se hayan despegado de sus cáscaras, dejamos cocer todo durante un par de minutos, con cuidado de no pasarnos porque quedarían demasiado duras
.http://sisters-blogg.blogspot.com.es/2012/07/llampares-afogaes.html

Otra receta
Susana Alonso ha escrito un comentario "Y pongo mi receta: un buen platin de llámpares de la tuerba (lavaes en el pedreru con agua de mar). En un cazo un poco de aceite, un diente de ajo y un chorrin de sidra, echo les llámpares y tapo pa que se "afueguen" en cuanto despeguen del cascu estan listes...y lo que sobró de la botella de sidra pa acompañar!!!!!!"
"Mi padre decía que a les llámpares lo que mejor se les podía echar era: NADA, cada vez que veo recetas con cebolla, tomate, jamón, chorizo!!!! Entiendo 2 cosas: 1 que si eran buenas ya me las estropearon 2. Que si las aliñan es porque son de mala calidad....para gustos...."

25 febrero 2013

El azabache en La Marina de Villaviciosa

Azabache de La Marina (Villaviciosa)
La industria azabachera tuvo una gran importancia en La Marina de Villaviciosa. Algunas fuentes relatan, que a mediados del siglo XVIII ejercían el oficio en el concejo 127 azabacheros. Había centenares de explotaciones en un entramado de galerías excavadas en las proximidades de la costa, entre Quintueles y Tazones, generalmente a espaldas al mar para facilitar la evacuación de las aguas. Las galerías eran sumamente estrechas y los mineros debían arrastrarse por ellas provistos de un candil una piqueta y un saco en busca de finas capas de azabache incrustadas entre la piedra arenisca. 
Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, los yacimientos de Quintueles, Quintes, Villaverde, Careñes, Castiello, Arguero y Oles, fueron los mas importantes de Asturias y de ellos se extraía material de una gran calidad. 
El mineral se exportaba, en bruto o convertido en objetos, a diversas partes de España y del mundo, principalmente a Santiago de Compostela, a Cuba, a Inglaterra o a los Estados Unidos. Las piezas más frecuentemente elaboradas eran: rosarios, collares, dijes, prendedores, veneras, lunas, verdugos, gargantillas y varios amuletos, como ciguas o manines 
Tomás Noval, foto: Isaac Arboleya
Aun quedan hoy en la zona de La Marina, algunos aficionados a la artesanía del azabache, que trabajan material procedente de las antiguas bocaminas. Como profesional uno de los últimos mineros del azabache fue Tomas Noval de Oles, oficio que heredó de su padre Bartolomé y que desempeñó desde 1938 hasta su fallecimiento en el año 2008. En la actualidad hay un proyecto para reabrir una galería en la zona donde él trabajaba. 
Uno de esos artesanos que, por afición, aprendió a trabajar el azabache es José Antonio Rodríguez Menéndez, vecino de Quintes, que en sus horas libres ha conseguido reunir una hermosa colección de piezas de azabache, talladas con tres sencillas herramientas; navaja, ballesta y barrena. 
 Con esa colección participó en varias exposiciones por diversas localidades; Suiza, Madrid, en la feria de muestras de Gijón, Valdedios, etc. al tiempo que exponia sus conocimientos sobre el azabache, historia y técnica para el tallado del material. 
José Antonio, fue invitado en 1990 a Suiza por la Federación Internacional de Comunidades Asturianas (FICA), por el Consejo de Comunidades Asturianas y por José de la Vega Morís. En el Centro Asturiano de Basilea decía: 
No puedo dar una explicación de mi afición por el azabache, o acebache, según se dice en Asturias. 
Antonio Rodriguez Menéndez
Posiblemente, la razón principal sea la de mi condición de mariñan y el recuerdo de haber visto aquellos artesanos de La Marina villaviciosina elaborar, con medios rudimentarios y grandes dosis de paciencia, habilidad y cariño, ciguas y bolas de collar, tanto esféricas como múltiples caras, lo que me ha llevado a introducirme en el tema. 
El azabache se trabaja a navaja y lima y adquiere un brillo intenso que no pierde con el paso de los años, por cuyo motivo se consideró como “piedra semipreciosa”. Su talla resulta harto difícil cuando se intenta esculpir con él figuras con abundantes detalles. 
 Los primeros estudios geológicos del azabache en Asturias se deben a Guillermo Schultz, quien ya señalaba en 1836 la presencia del mineral en distintos lugares. 
Este abunda en la parte llana del concejo de Villaviciosa, principalmente en la rasa costera de La Marina, tambien conocida como “Les Mariñes” que abarca desde Quintueles a Tazones. 
En el año 1622 Luis Valdés, en sus memorias de Asturias, manifiesta que el azabache asturiano era el mejor de toda la península y, probablemente, de toda Europa. 
En aquellas fechas, al parecer, solo se trabajaba en Galicia e Inglaterra a donde la materia prima llegaba de Asturias. Según los artesanos ingleses, el azabache asturiano resultaba mucho más barato que el del Reino Unido, por cuyo motivo se mantuvo un intenso comercio de exportación. 
Colección de joyas talladas por Antonio

La bondad del azabache asturiano, fue un factor muy importante por quienes se dedicaban a su talla, especialmente los azabacheros de Santiago de Compostela, que eran los mejores receptores del material. Estos hicieron del azabache un refinado arte ya en los siglos XV y XVI aprovechando la constante afluencia de peregrinos de toda Europa. 
Dentro de “Les Mariñes” aparecen azabaches de todas las calidades, predominando los de buena y mediana calidad. En los últimos siglos se han preferido los de Oles, por ser más brillantes que los del resto de la zona. 
Sobre la calidad del azabache de Quintes y Quintueles, se carece de referencias, aunque por el comercio que mantuvieron con Galicia y la fundación, en 1604, de la Cofradía Nuestra Señora del Rosario en Quintueles, cabe suponer una gran tradición y buena calidad del azabache en ambas parroquias. 
Herramientas utilizadas
Como dato curioso de la tradición azabachera de Quintueles, diremos que el párroco de esta localidad José García, en el año 1971, proyectó recubrir el sagrario del templo con azabache, en recuerdo  de la Cofradía Nuestra Señora del Rosario. El proceso de tallado no ofrece especiales dificultades, cuando el modelo es una pieza menor. Los utensilios o herramientas son rudimentarios y son necesarias al menos; una navaja barbera, una ballesta y una barrena. 
Una vez lavado el azabache, utilizaremos la navaja para devastar la pieza y darle la forma aproximada, a esta fase se la denomina “fase de pelado”. 
 Si se trata de una pieza o cuenta de collar horadada, se practica un agujero perpendicular a la estratificación que presenta el mineral. La herramienta que se emplea es la ballesta, barrena formada por una varilla de paraguas y mango de madera con un mandril, que sirve para fijarla. Un cordel atado a las puntas de un palo rodea el ingenio, que gira cuando a aquel se le imprime un movimiento de vaivén. El agujero no puede hacerse de un tirón pues rompería la pieza, se hace barrenando primero la mitad de la bola y después el lado opuesto. Para finalizar se vuelve a utilizar la navaja y piedra de grano para darle la forma definitiva. 

 Una vez lista la pieza para su pulido, operación que se denomina “fase del sobón”, recibe un primer suavizado con un trozo de cuero untado de carbón vegetal humedecido, procediéndose después a su abrillantado, que tradicionalmente se obtenía con un fieltro impregnado en rojo inglés.
LA MARINA DE VILLAVICIOSA  (ampliar imagen)
El 28 de junio de 2009 se aprobó por el pleno extraordinario del Ayuntamiento de Villaviciosa, la puesta en marcha de una ruta del azabache entre Quintueles y Tazones y la denominación oficial de la marca “Azabache de Villaviciosa de Asturias”. Desconocemos la situación actual de aquel proyecto

23 febrero 2013

Desvío de peatones en la Carretera del barrio Santana

Como medida de seguridad, ante posibles desprendimientos de material sobre la vía publica, el Ayuntamiento acaba de señalizar y aconsejar el desvío peatonal  frente a una antigua casa en la carretera del barrio de Santana.


22 febrero 2013

19 febrero 2013

Estado del Camín de María de Damasio en Barrumedio

SITUACIÓN ampliar foto
Las siguientes fotografías dan una idea muy clara del lamentable estado  en que ha quedado el Camín de María de Damasio en Barrumedio. 
Así se lo encontraron ayer los vecinos para acceder a sus casas; imposible de transitar.  
Parece ser, que la causa del deterioro del camino ha sido el paso de vehículos con madera. Suponemos que hay normas para que el responsable proceda a restablecer el camino a su estado anterior, pero entretanto: ¿Que ocurre con los vecinos perjudicados?. 
Es intolerable que  en el siglo XXI estas cosas sigan sucediendo.






Fotos cedidas por la asociación de vecinos La Parpayuela

17 febrero 2013

Raimundo y Esperanza con familiares y vecinos en la Carbayera, 1954

Izq. atrás; Joaquín, Oliva, Raimundo, Esperanza, Trini, Cándida, Marujina, Perfecta, Sela, 
Izq. niñas; Oli, Tere, ( ? ) y Rosa Mari
Foto cedida por Roberto Díaz de Orosia

15 febrero 2013

Nuevo aspecto de la playa España

Las recientes riadas y marejadas, han provocado una importante alteración de la topografía de la playa España. 
Aunque el fenómeno se viene repitiendo cada año, esta vez la falta de arena es más acusada. El río y el mar se han llevado mayor cantidad de arena que de costumbre y dejado al descubierto un pedrero más largo para acceder hasta la arena, especialmente en la parte de Villaverde. 
Afortunadamente el verano está lejos, para entonces, esperamos que el mar devuelva la arena a su sitio.
Os dejamos unas fotografías comparativas por fechas.

 Julio 2012
Febrero 2013

Julio 2008
 Febrero 2013
 Sept. 2008

Febrero 2013

12 febrero 2013

1963, Luis Gardey empezaba a triunfar como cantante

Foto reciente de Luis Gardey
HEMEROTECA LA NUEVA ESPAÑA
Jueves 3 de enero de 1963 (hace 50 años) 
Entrevistaba LA NUEVA ESPAÑA a Luis Gardey, el cantante de Quintes que pronto se haría enormemente popular. Decía varias cosas Luis Gardey. Por ejemplo, que su vocación, además de la música, era la medicina, pero que había empezado a estudiar perito industrial y que había empezado imitando a Antonio Machín y a Lucho Gatica. En aquel momento Luis Gardey no tenía ningún disco todavía, era el cantante de “Los Brujos”. Hasta finales de aquel 1963 no grabaría su primer disco en solitario.
Abajo os dejamos  el vídeo de uno de sus primeros grandes éxitos, MA VIE

08 febrero 2013

Mayando fabes, 1985

Estampa típicamente asturiana y fiel a las viejas tradiciones. Aunque en la actualidad se dispone de modernas maquinas, la cosecha de fabes familiar se sigue trabajando de forma totalmente manual. Se escogen primero las más secas y se colocan en lugares donde el aire y el sol se lleven cualquier resto de humedad, llega el momento de mayar, golpe a golpe, hasta que el preciado fruto es liberado de su vaina. El viento hace el resto del trabajo, que es limpiarlo de polvo e impurezas. Ya tenemos el producto de varios meses de esfuerzo y dedicación listo para embasar o congelar.
 Aurina Pidal Cardeli
Eugenio Acebal Pidal
Fotos cedidas por Aurina Pidal

06 febrero 2013

Viaje a Segovia y Avila

ACUEDUCTO DE SEGOVIA
El acueducto de Segovia conduce las aguas de un riachuelo llamado Acebeda que nace a 17 km de la ciudad, en la sierra de Guadarrama, en el puerto de Fuenfría cerca de Valsaín. Hasta llegar a la ciudad recorre más de 15 km. Una vez allí, la obra que se ve al exterior nace en una pequeña casa de aguas y después recorre 728 metros (con una pendiente de un 1%) hasta lo alto del Postigo. Antes, en la plaza de Díaz Sanz hace un brusco giro y se dirige hacia la plaza del Azoguejo, donde el monumento presenta todo su esplendor. En la parte más profunda mide 28,5 m y tiene dos órdenes de arcos que se sostienen con pilares.

CATEDRAL DE SEGOVIA
En la historia de Segovia han existido tres catedrales, la más antigua conocida como la primitiva y enclavada en las orillas del rio Eresma, fue destruida durante la persecución arriana del año 516. 
 La segunda catedral, conocida como la antigua, fue mandada construir por el rey Alfonso VII (1126-1157) en estilo románico y consagrada en el año 1228, encontrándose situada en las cercanías del actual Alcázar, en el lugar que hoy ocupan los jardines que anteceden al castillo. Esta catedral tenía tres naves, crucero y un claustro gótico que es de lo poco que quedó después de su destrucción. 
 La actual Catedral fue mandada construir por el rey Carlos I, ya que la anterior románica construida por Alfonso VII fue destruida en 1520 durante las guerras de las Comunidades, al hacerse fuerte las tropas comuneras en la Catedral, frente a las tropas imperiales situadas en el Alcázar, a escasos metros de distancia.
 La Catedral de Segovia es una de las construcciones góticas más tardías de España, ya que fue construida en estilo gótico cuando el estilo renacentista ya comenzaba a imperar en España. Se coloca la primera piedra el 8 de junio de 1525 y en 1567 se termina la nave central, abriéndose así al culto la catedral. La Catedral de Segovia con planta de cruz latina, se compone de tres naves, capillas laterales, crucero, cabecera con girola y capillas radiales además de la torre y el claustro. 

 Dispone de tres puertas, la del Perdón situada en el oeste, la de San Frutos en el norte y la de San Geroteo al sur. La catedral está construida en piedra caliza, y a título de curiosidad indicaremos que la cabecera se sitúa sobre parte de lo que era el barrio judío de la época.
EL ALCÁZAR DE SEGOVIA
La situación del Alcázar de Segovia, sobre una roca labrada por los ríos Eresma y Clamores, indica el origen militar de esta fortaleza. 
El testimonio más antiguo de la existencia del Alcázar de Segovia es un documento fechado en 1122, poco después de la reconquista de la ciudad por Alfonso VI, se menciona la fortaleza como un castro sobre el Eresma. En una carta algo posterior (1155) ya se le da el nombre de Alcázar. En la Edad Media, el Alcázar, tanto por la belleza de su situación y su indiscutible seguridad militar, como por la proximidad a famosos cazaderos en los bosques serranos, se convirtió en una de las residencias favoritas de los Reyes de Castilla.
En 1862 el Alcázar se enfrentó a la mayor tragedia de su historia. La mañana del 6 de marzo se declaraba un incendio en el Alcázar que en tan sólo dos horas redujo a ruinas uno de los símbolos de Segovia durante más de ocho siglos de historia. 

 La reconstrucción no se inició hasta 20 años después del desastre. Los trabajos se mantuvieron durante catorce años, en los que se recuperó el aspecto medieval del Alcázar.
LA CASA DE LOS PICOS
La ciudad de Segovia, cuenta con numerosos monumentos emblemáticos y muchas leyendas. Una de ellas es la de "La Casa de los Picos". 
Esta casa tiene muchas leyendas. Una de ellas y la más verosímil es la que atribuye la propiedad de la casa a un moro que era rico. En 1492, con el decreto de expulsión, se tuvo que ir de su casa y del país. El nuevo propietario era un noble segoviano que no podía evitar que toda la gente conociera su propiedad como "la casa del moro", así que intentó cambiarle el nombre y la forma de hacerlo fue pedirle consejo a un buen amigo suyo que era canónigo de la catedral, el cuál le aconsejó que cambiase algo de la fachada que llamase mucho la atención para que la gente la viera distinta y así la llamarían de otra forma. El noble mandó que cubriesen la fachada de picos en forma de diamante. A partir de ese momento consiguió que toda la gente la llamara "La Casa de los Picos".
FIESTA DE LA MATANZA
La matanza del cerdo, aunque es similar y tradicional en casi todos los lugares de España, en Segovia se celebra de forma especial desde hace muchos años con fines turísticos. 
Una de las Fiestas es la organizada por el complejo hostelero venta Magullo en Segovia. En la fiesta se trata de recuperar  la tradición de nuestros antepasados, recuperar un tono festivo y conservar lo esencial de la fiesta que en torno al cerdo que se celebraba en los diferentes pueblos de España. 
La fiesta de la matanza empieza con un animal muerto recién llegado del matadero, se muestra cómo se le chamusca para quitarle los pelos, como se abre y se sacan las vísceras, antes de "despiezarlo" para separar las diferentes piezas de carne. Al tiempo que los especialistas hacen estas labores, los invitados asisten en una carpa anexa, a la degustación de diferentes productos de la matanza y una actuación de trovadores que animan la fiesta. 
Para finalizar se pasa al restaurante donde previamente a la comida se asiste al ritual del corte de cochinillo con plato. 
 A esta fiesta cada vez acuden más personas que nunca han visto la matanza y todos los trabajos que se hacen después para aprovechar  las diferentes partes del cerdo.



MURALLAS DE AVILA
La ciudad es uno de los más famosos recintos amurallados del mundo. Se las considera como la construcción más completa que queda de la Edad Media. 
 Fueron comenzadas por Raimundo de Borgoña. Son cerca de 2.500 metros de perímetro, con 88 torres y torreones. La altura media del muro es de 12 metros. Su trazado tiene forma de rectángulo irregular y está fortificado con torres y cubos coronados por almenas. Se hallan bien conservadas debido a sus restauraciones. Las puertas monumentales del Alcázar y San Vicente se hallan flanqueadas por torres de más de veinte metros de elevación. En la muralla se halla incrustado el ábside de la Catedral, con una torre semicircular mucho mayor que las del resto, llamada el Cimorro. Las murallas fueron levantadas para controlar la entrada de víveres, el paso de mercancías, y para aislar la ciudad de posibles pestes y epidemias, incluyendo su función defensiva.
CATEDRAL DE AVILA
La catedral de Ávila tiene tres naves de cuatro tramos, amplio crucero y cabecera formada por capilla mayor, girola de doble nave y capillas radiales. 
La existencia de este templo parece probarse por la donación que Alfonso VII hace en 1130 y Alfonso VIII en 1142, así como las bulas otorgadas a la catedral por Inocencio II en 1139.La obra debió parecer pequeña sólo unas décadas después, pues en la segunda mitad del siglo XII, en tiempos de Alfonso VIII se decidió derribarla para edificar una gran catedral de mayor prestancia, con una arquitectura más vanguardista imitando otros templos franceses que se habían iniciado. 
Parece que pudo ser un tal Maestro Fruchel, enigmático personaje de probable origen francés que pudo traer a Ávila las primeras formas góticas borgoñonas, quien se encargó de las obras a partir de 1172 y que a su muerte en 1192 vería casi finalizada la compleja cabecera llevada a cabo principalmente con piedra “arenisca sangrante” por su impactante veteado rojo férrico sobre fondo blanco, procedente del Valle de Amblés. Las obras de la girola se desarrollarían entre 1170 y 1180, y se sabe que en 1181 se procedió al enterramiento del Obispo Don Sancho en la capilla central de la girola.
PALACIO DE SAN ILDEFONSO
El Real Sitio de La Granja está situado en la vertiente norte de la sierra del Guadarrama, a unos 90 kilómetros de Madrid. Su nombre proviene de una antigua granja que los monjes jerónimos del monasterio segoviano de El Parral tenían aquí. 
 Felipe V se retiró a este lugar en 1724 y durante los veinte años siguientes engrandeció los jardines y el palacio, que fue usado como residencia de verano por todos sus sucesores hasta Alfonso XIII. Recientemente, se han acometido trabajos de restauración y de reordenación de las colecciones en los Salones Oficiales que nos permiten volver a la época de Felipe V. 
Son de gran interés las bóvedas pintadas al fresco, los cuadros y el mobiliario de los siglos XVIII y XIX. También destacan la Sala de Lacas, los cuadros realizados por Panini, y el museo de tapices donde se expone, entre otras, la serie del Apocalipsis, obra bruselesa del Siglo XVI. 
Los jardines son uno de los mejores ejemplos que hoy se conservan de los jardines del siglo XVIII, realizado por el arquitecto francés René Carlier; está formado con parterres y bosquetes delimitados con paredes de vegetación formadas con carpe, y alineaciones de árboles, en especial tilos y castaños de Indias. En el siglo XIX se introdujeron nuevas especies, sobre todo coníferas como las monumentales sequoias, plantadas ante la Real Colegiata, en los jardines del Medio Punto. Estatuas de mármol blanco, y jarrones del siglo XVIII, decoran los parterres y avenidas del jardín, que se completan con grandiosas esculturas en las fuentes, en plomo pintado imitando bronce. Destacan las de Neptuno, Apolo y Andrómeda en la amplia perspectiva de las Carreras de Caballos; la Cascada de Anfítride, ante el Palacio; y las de las Ocho Calles, el Canastillo, los Baños de Diana y la Fama. El agua que alimenta sus surtidores llega desde un gran depósito llamado El Mar, situado por encima de la zona ajardinada. Por la fuerza de la gravedad, como en el siglo XVIII, el agua de algunos surtidores alcanza los 40 metros de altura, como el de la fuente de la Fama.
PALACIO DE RIOFRÍO
El Palacio de Riofrío se encuentra a 11 km de San Ildefonso 
La construcción del Palacio de Riofrío se debe a la iniciativa de Isabel de Farnesio, segunda esposa de Felipe V, quien reinando ya su hijastro, Fernado VI, y temiendo quedar privada del palacio y jardines de La Granja, en 1751 compró al Marqués de Paredes la dehesa y coto redondo de Riofrío, donde a partir del año siguiente hizo construir el Palacio del mismo nombre. 
 En 1759, tras la muerte de Fernando VI, fue llamada a ejercer la regencia y su proyecto de hacer en Riofrío un "Sitio Real", fue relegado. 
A pesar de sus grandes dimensiones, el Palacio de Riofrío se convierte únicamente en un pabellón de caza. Salvo por la breve estancia de Alfonso XII en el verano de 1878, que elige este lugar para pasar el duelo por la muerte de su esposa María Mercedes, ha sido utilizado únicamente como lugar de estancia en algunas jornadas de caza. 
A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los palacios españoles, el de Riofrío es austero, sobrio, alejado de las formas del barroco. 
 Sin embargo, en su interior nos encontramos con uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura barroca de toda España, su escalera principal, que se compone a su vez de dos escaleras que arrancan de un vestíbulo en trayectorias opuestas, ofreciendo un precioso espectáculo. 
Su decoración artística es desbordante: pinturas de los grandes maestros, como Velázquez, Rubens, Giusseppe Bonito, Toribio Álvarez...; tapicerías del siglo XVIII de la Real Fábrica de Santa Bárbara; esculturas, mobiliario y armas antiguas de incalculable valor histórico.

02 febrero 2013

Ángel Piñera, carrocero de "rubias" en Quintueles, 1950

Ángel Piñera
Sobre 1920, algunos carroceros empezaron a adaptar chasis para transportar bultos y pasajeros. Dado que los coches de aquella época tenían el chasis independiente de la carrocería, era posible hacer cambios sin afectar a la estructura básica del vehículo, por lo que los paneles de carrocería para la caja solían ser de madera, ya que este material hacía posible una transformación artesanal fácil y ligera. 
Estos vehículos, denominados "rubias", fueron muy utilizados en España a mediados del siglo XX y se mantuvieron en circulación hasta la década 1960-70. 
Uno de los principales carroceros en la zona de les mariñes de Villaviciosa, fue Ángel Piñera Rea, hijo de Robustiano Piñera y Rosario Rea. Tenía un taller de carpintería en el bajo de su casa de Quintueles, donde además de trabajar en diferentes actividades propias del oficio, carrozó diversos vehículos de madera para Villaviciosa y Gijón. 
Crisanto García
La camioneta Citroën C-4, matrícula Badajoz BA 3246, que vemos en la fotografía de abajo, fue carrozada por Ángel en la década de los 50 para Crisanto García, nacido en Quintueles, hijo de Aniceto García y María Trabanco y que posteriormente seria vecino del Fonduxu de Arroes. 
La camioneta fue utilizada por Crisanto durante unos 15 años para transportar viajeros y leche, que recogía a los vecinos, entre Arroes y Gijón, pasando por Quintueles, el Infanzón y Cabueñes. 
A partir del chasis, el motor y el capó, Ángel Piñera  carrozaba  la caja totalmente con madera. Para finalizar, sobre la estructura de madera, se montaba el techo de chapa y los cristales. 
El interior de esta camioneta de Crisanto García se dividía en dos compartimentos, delante para 9 viajeros y atrás para la leche y demás portes que le iban encargando los vecinos. 
Izq. Crisanto, Amelia, Mari Luz, Carmen, Aurelio y Evangelista
Fotos y datos cedidos por Juan Luis García, Rosita y Ángel Piñera